Con profundo pesar, este lunes el mundo entero amaneció con la noticia de que el papa Francisco había fallecido. Nos unimos en solidaridad y aprecio a las condolencias a la Iglesia católica en todo el mundo, y particularmente en Nuevo León y en México.
Hablar del papa Francisco, sin duda, es hablar de humanismo, progresismo y transformación. Fue un hombre que, desde la posición más importante del catolicismo en el mundo, le tocó ser un gran reformador y se abrió a nuevas ideas, por las que seguramente será recordado. Además, fue el primero proveniente de América Latina.
En la “Mañanera del Pueblo”, ayer, la presidenta Claudia Sheinbaum, con mucha sensibilidad, envió un mensaje a nombre de México por el deceso del papa:
“Nuestro pesar por el fallecimiento del papa Francisco, nuestro abrazo a todos los católicos de México, pero también a los no católicos”, expresó nuestra mandataria. “Todavía su mensaje de ayer fue por la paz. Más allá de la religión, somos un Estado laico, pero siempre defendimos al papa Francisco por su humanismo y su visión a favor de los más humildes”.
En su momento, el expresidente Andrés Manuel López Obrador reconoció que la iglesia católica había sido muy respetuosa del gobierno de la Cuarta Transformación, definitivamente gracias al liderazgo del papa.
“Lo considero el dirigente político más importante del mundo; sobre todo por su preferencia por estar siempre a favor de los pobres, de los humillados, de los desposeídos”, expresó alguna vez el expresidente.
Por su parte, la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, despidió al papa con un mensaje en el que destacó que fue el primer latinoamericano en ocupar la Santa Sede desde 2013, buscando que “la palabra fuera el medio para lograr la paz del mundo”.
A mí me llamó siempre su humildad, plasmada en una entrevista que le hicieron el año pasado, en la que le preguntaron cómo le gustaría ser recordado. “Como un pobre desgraciado a quien Dios le dio mucha misericordia”.
Un revolucionario, progresista y transformador, con una gran visión reformadora y muy querido por los mexicanos: así recordaremos a Jorge Mario Bergoglio, un cardenal argentino que comprendió muy bien a las izquierdas del mundo y que llegó a ser papa.
