Marcelo Ebrard ha filtrado a algunos medios e influencers sus supuestas condiciones para ser postulado por Movimiento Ciudadano como candidato presidencial.
Todas estas condiciones son totalmente falsas.
¿Cuáles son esas condiciones ficticias que hasta ahora muy pocos medios toman por buenas?
Que le darán a su equipo cercano los primeros lugares en las listas de candidatos a senadores y diputados.
Que le darán concretamente el 26% de las candidaturas ganadoras, competitivas, plurinominales.
Que tendría que ser la suya una candidatura de unidad. Y que sólo él coordinaría su campaña.
Mucho ruido y pocas nueces.
Marcelo sabe que tiene el tiempo en contra suya. Que su capital político se consume día tras día. Que no figura en las preferencias electorales.
Hasta hace algunas semanas todavía podía negociar canonjías y prebendas con Claudia Sheinbaum y López Obrador.
Ya no.
No es Marcelo quien tiene en vilo a Morena y a Movimiento Ciudadano. Son el Presidente y Dante Delgado quienes tienen en vilo a Marcelo.
El excanciller exige airadamente una disculpa a Mario Delgado por los errores e irregularidades en el proceso interno de Morena.
Esas disculpas nunca llegarán. Marcelo perdió claramente contra Claudia Sheinbaum. Sabe bien que nunca punteó en las encuestas.
Por eso en la 4T ya no lo toman en serio. Tampoco en el partido naranja.
Dice Marcelo que sus exigencias implicarían un alto costo para Morena si no se las cumplen.
En realidad como costo político, acabará saliéndole muy barato al partido de AMLO.
Marcelo se está abaratando. Tiene hasta el 12 de noviembre para definir su postura según la convocatoria interna de Movimiento Ciudadano.
Mientras tanto, el Presidente le arroja migajas de elogios hipócritas, Claudia Sheinbaum no se molesta ni en recibirlo y Dante Delgado le administra hábilmente sus sueños guajiros.
Para esas fechas, de Marcelo Ebrard no quedará ni su sombra. Nadie lo pensaba tan inocente.