Posee propiedades digestivas y antimicrobianas, su uso tiene un gran potencial terapéutico.
Berberis aristata, también conocida como agracejo de la India o cúrcuma de árbol, es un arbusto nativo del Himalaya en India y Nepal.
Entre las principales acciones farmacológicas de esta planta destacan aquellas relacionadas con la actividad de la berberina, el principal alcaloide presente en la raíz y rizomas de esta especie y de otras pertenecientes al género Berberis.
La berberina posee propiedades digestivas y antimicrobianas principalmente. No obstante, su uso tiene un gran potencial terapéutico, presentando una muy baja toxicidad para las células sanas, lo cual la hace bastante segura como apoyo en distintos padecimientos.
Estudios clínicos demuestran que la berberina contribuye positivamente a reducir los niveles elevados de glucosa en la sangre al tiempo que disminuye la resistencia a la insulina.
La berberina favorece el control del colesterol. Estudios demostraron que, en pacientes con enfermedad del hígado graso no alcohólico, la berberina, combinada con cambios en el estilo de vida, contribuyó a una pérdida significativa de grasa hepática, peso corporal y a una mejora del perfil de colesterol y triglicéridos.
Mucho más que en pacientes que se adaptaron sólo a un nuevo estilo de vida o el uso de berberina sola como suplemento. En la última década, muchos estudios han indicado que la composición de la microbiota intestinal está asociada con la regulación de la salud y el metabolismo.
La disbiosis, definida como una alteración en la calidad y/o cantidad de la microbiota intestinal, puede ser un factor que conduzca a la aparición de diversas enfermedades, incluida la obesidad y diabetes, así como enfermedades cardiovasculares, enfermedad de Crohn y cáncer.
En el curso de enfermedades inflamatorias del sistema digestivo, como la enfermedad inflamatoria intestinal o la colitis, la berberina puede disminuir la prevalencia de bacterias dañinas, como enterococos y E. coli, y puede aumentar la abundancia relativa total de lactobacilos y bifidobacterias.
La berberina se puede utilizar también en el apoyo y prevención de la obesidad y el síndrome metabólico, como auxiliar en el tratamiento del síndrome del ovario poliquístico, así como promotor de la salud cardiovascular.
La berberina ha demostrado una protección vascular prometedora contra la aterosclerosis, las enfermedades cerebrovasculares (Alzheimer y demencia), la hipertensión, la diabetes mellitus y las enfermedades vasculares intestinales.
La berberina también presenta actividad anticancerígena. Por su actividad citotóxica, ayuda a eliminar las células cancerosas, siendo la apoptosis uno de los procesos inducidos por la berberina más investigados y documentados.
Se ha analizado su uso en algunos tipos de cánceres como colon, mama, pulmón, hígado, ovario, endometrio y gástrico.