El 28 de noviembre por la tarde, estaba programado el cierre de campaña de Ricardo Torres Martínez, candidato del PAN a la alcaldía regia, en la Plaza Monumental Monterrey. Además del mitin, se realizaría una faena, dándole lucidez y originalidad a su último acto proselitista.
Ese mismo día, la dirigencia albiazul recibió un comunicado de las autoridades de la plaza, en el que se informaban que, desde la Ciudad de México, se había ordenado la suspensión del evento. Torres Martínez lamentó esta decisión y declaró a la prensa: “Me hubiera gustado haberles ofrecido una faena, pero me lo impidieron, no obstante que los preparativos ya estaban listos. No tengo miedo a que me chiflen en la Plaza de Toros, pero, desgraciadamente, no nos dejaron reunirnos ahí". Como alternativa, se decidió que el cierre de campaña se efectuaría por la noche frente al Palacio de Gobierno, acto en el que participarían los candidatos de los municipios metropolitanos. Suponían que no tendrían problemas con las autoridades locales, ya que el PAN llevaba años celebrando sus cierres frente al palacio de cantera. Sin embargo, todavía les deparaban varias sorpresas.
Tras partir de sus sedes municipales, militantes y simpatizantes formaron largas caravanas por diversas calles de la ciudad para congregarse frente al palacio. Al llegar los contingentes, inmediatamente se les cortó la luz y fueron recibidos por 20 granaderas de la Dirección de Seguridad Pública Estatal, quienes acordonaron la plaza, impidiendo el paso de las multitudes.
Además de Ricardo Torres, participaron Piedad Domínguez de Farías, candidata para Santa Catarina; Armando Zapata, para Guadalupe; Israel Rubio, para Apodaca; y el Ing. Luis J. Prieto de la Fuente, para San Nicolás. Este último señaló: "El tiempo se terminó, ahora le toca al presidente de la República cumplir con su palabra plasmada en la reforma política, toda vez que es el momento adecuado para exigir el respeto del voto". Por su parte, el candidato a la alcaldía regia reprochó la corrupción de algunos funcionarios públicos y prometió que haría una administración honesta, en caso de llegar a la alcaldía de Monterrey. Hizo referencia a la reforma política impuesta por el presidente José López Portillo: "O damos un paso de conciencia pública o retrocedemos cavando la tumba de la reforma política. Aún existe gente egoísta empeñada en mantener sus castillos de naipes en el aire". Sus pronunciamientos fueron secundados por cohetes, coros y protestas contra el régimen. Al término del acto, se invitó a los asistentes a ejercer su voto el día domingo 2 de diciembre.
Un día antes de las elecciones, el PAN publicó un desplegado con el título "Pueblo de Nuevo León ¡te tiene miedo!", firmado por el Ing. Raúl Garza Sloan, presidente del Comité Regional del PAN, donde advertía sobre las maquinaciones que estaba preparando el gobierno para entorpecer los comicios y asegurar el triunfo de las planillas del PRI. Destacó en el texto: "Sí, es verdad, el Gobernador que tú no elegiste, sino que te impusieron, te tiene miedo. Teme que exijas lo que te pertenece como un derecho indeclinable: elegir a tus gobernantes. Es por ello que, contradiciendo las palabras del Sr. Presidente, Lic. José López Portillo, está cometiendo toda clase de arbitrariedades que promueven el desorden y violentan la vida institucional del Estado, para fomentar la abstención por decepción y así acabar con la vida cívica y política de Nuevo León".
Denunció que, por medio de su secretario de Gobierno, el gobernador Alfonso Martínez Domínguez había amenazado a "distinguidos ciudadanos que querían participar en nuestras planillas, o haciéndolos renunciar a quienes ya habían aceptado, como fueron los casos de Terán, Dr. González y Mina". Agregó que los presidentes de las comisiones electorales municipales —Lic. Teófilo Bichara en Monterrey, Prof. Amílcar Aguilar Mendoza en San Nicolás, Lic. Leopoldo Peña Garza en Garza García, Lic. Gilberto Treviño Montemayor en Guadalupe y el Sr. Santos Berlanga Granados en Santa Catarina— habían recibido instrucciones del gobierno estatal para obstruir la participación de los partidos de oposición.
Los comicios municipales de 1979 fueron los primeros en que contendieron siete partidos políticos: Partido Popular Socialista (PPS), Partido Revolucionario Institucional (PRI), Partido Socialista de los Trabajadores (PST), Partido Acción Nacional (PAN), Partido Demócrata Mexicano (PDM), Partido Comunista Mexicano (PCM) y Partido Auténtico de la Revolución Mexicana (PARM). Según Graciano Bortoni Urteaga, presidente de la Comisión Estatal Electoral, la afluencia de varios partidos obedecía "a la reciente reforma política, debido a que los partidos que tenían registro condicionado obtuvieron la posibilidad de lograr su registro definitivo. La condición era que lograran el 5% de la votación registrada en las elecciones federales del primero de junio anterior”.
Un día antes del cierre de registro de candidatos, además de Pedro F. Quintanilla Coffin y Ricardo Torres Martínez, abanderados priista y panista respectivamente, estaban inscritos para Monterrey: Jesús Rodolfo Leal Gutiérrez por el PPS; José Navarro Moya por el PDM; Lucilda Pérez Salazar por el PCM; y el PARM se adhirió a la candidatura del PRI, esto es, también propuso a Quintanilla Coffin. Se pronosticaba un proceso electoral competitivo con nuevas fuerzas políticas, quedando dos interrogantes: ¿se vencería al abstencionismo? y ¿el gobierno no metería las manos y respetaría la voluntad ciudadana?