En las últimas semanas, la atención de los mercados financieros se ha centrado en la creciente probabilidad de que Donald Trump imponga aranceles temporales a México y Canadá.
Esta medida, que se perfila como una herramienta de negociación para presionar a sus socios comerciales del T-MEC en temas de narcotráfico e inmigración ilegal, podría tener consecuencias económicas más profundas de lo que los mercados actualmente anticipan.
Un análisis reciente de Deutsche Bank arroja luz sobre las potenciales implicaciones inflacionarias de esta medida en los Estados Unidos.
Según el estudio, la implementación de aranceles del 25% a las importaciones provenientes de México y Canadá podría generar un incremento de 1.4 puntos porcentuales en la inflación estadounidense. Este impacto no es trivial, considerando que las importaciones de estos países constituyen una parte significativa del gasto personal en consumo, representando aproximadamente el 4.7% del gasto general y el 5.4% del gasto básico.
La buena noticia es que la magnitud de este efecto inflacionario hace poco probable que se implementen aranceles permanentes del 25%, especialmente considerando que la reducción de la inflación se ha convertido en una prioridad para Trump.
De hecho, el expresidente ha señalado planes para declarar una emergencia energética con el objetivo de incrementar la producción de petróleo y gas, buscando reducir los precios de los combustibles y, por ende, la inflación general.
En este sentido, consideramos en Top Money Report que el escenario más probable es SÍ el de una implementación de aranceles, pero que serían temporales y con tasas significativamente menores al 25%. Estos servirían principalmente como herramienta de negociación, permitiendo a Trump ejercer presión sobre México y Canadá en dos temas clave: narcotráfico e inmigración ilegal, sin generar efectos económicos contraproducentes para la Unión Americana.
Nuestra opinión sobre que los aranceles sí entrarán en vigor coincide el análisis de Jan Hatzius, economista en jefe de Goldman Sachs, quien, si bien mantiene una visión optimista para la economía estadounidense en 2025, con una proyección de crecimiento del PIB del 2.5%, reconoce los riesgos inherentes a la implementación de aranceles. Hatzius estima una probabilidad baja de recesión del 15% en los próximos 12 meses, un nivel que considera normal en términos históricos.
Goldman Sachs identifica varios factores que podrían ayudar a amortiguar el impacto de los aranceles.
Particularmente relevante es la dinámica actual entre la inflación de precios y la inflación salarial: mientras la primera ha disminuido significativamente, situándose en el rango del 2-3%, el crecimiento de salarios se mantiene alrededor del 4%, generando un crecimiento real de salarios entre el 1-2%. Esta divergencia podría proporcionar cierto margen de maniobra para absorber el impacto inflacionario de las tarifas e impuestos a las importaciones.
Ahora bien, el panorama presenta desafíos significativos para la Reserva Federal, ya que Deutsche Bank señala que los mercados actualmente no están descontando completamente el riesgo de los aranceles, lo que podría llevar a ajustes significativos en las expectativas de política monetaria.
La implementación de aranceles podría complicar el ciclo de recortes de tasas previsto, especialmente si el impacto inflacionario resulta significativo.
En conclusión, aunque parece altamente probable que Trump implemente algún tipo de arancel como herramienta de negociación con México y Canadá, los riesgos inflacionarios para Estados Unidos sugieren que estos serían más moderados y temporales que lo anunciado. Esperemos que así sea.
En cualquier caso, tanto México como Canadá deben evitar a toda costa una confrontación con el presidente Trump o atenerse a posibles sanciones comerciales, políticas, financieras y bancarias como las anunciadas ayer contra Colombia. La irresponsabilidad del presidente Petro no debe ser imitada aquí por Claudia Sheinbaum, porque las represalias no serán sentidas sólo por los políticos gobernantes, sino por todos los habitantes y las economías de los países afectados. Las cartas han sido puestas sobre la mesa.