Se cumplen 15 años del asesinato de Cumbres

El 2 de marzo del 2006, Nuevo León amanecía con un panorama completamente gris, el asesinato de dos pequeños de 7 y tres años asombraba a todo el país, dejando una herida que al día de hoy continúa abierta.

El escenario, una casa en la calle Monte Casino en la colonia Cumbres, ubicada en la zona poniente de Monterrey, el responsable del crimen según las investigaciones, un joven universitario de apenas 21 años llamado Diego Santoy Riverol.

De acuerdo a las primeras versiones de aquellos días, Santoy Riverol visitó la casa de la que en aquel entonces fuera su novia, Erika Peña Coss, a quien después Diego señalaría como su principal cómplice en el atroz asesinato.

Testimonios encontrados, verdades a medias y un caso aún más mediático gracias a la madre de los dos menores, quien en el 2006 trabajaba como conductora en una televisora local.

La historia parecía sacada de un cuento de ficción, con ideas descabelladas que nadie quisiera imaginarse o tratar de que entren en su cabeza.

Según las investigaciones por parte de la Fiscalía General de Nuevo León, aquel día Santoy ingresó al domicilio donde residían Erika, su madre y hermanos, con un pasamontañas y guantes de látex y trepó por las paredes para ingresar a la residencia.

Una vez dentro, se escabulló hasta la habitación de Erika para intentar convencerla de que continuara con la relación, siguieron discutiendo hasta la parte baja del domicilio por lo que los niños bajaron al escuchar la pelea. Ante la negativa de la joven, Santoy habría asesinado a su hermana de 3 años, María Fernanda Peña Coss, y a Erick Azur, de 7 años de edad.

Pero las cosas no pararon ahí, antes de huir, intentó degollar a su ex pareja y secuestró a la empleada doméstica. Luego robó un coche y se fue del estado junto a su hermano. Cuatro días después fueron localizados y detenidos en Oaxaca mientras se trasladaban en un autobús con dirección a Guatemala. Tras el aseguramiento, los hermanos Santoy fueron trasladados de nuevo a Monterrey.

Tiempo después de recuperarse de las heridas, comenzó el acecho de los medios por conocer lo que realmente había pasado y las versiones de los involucrados con vida eran contradictorias. Erika por su parte culpaba a Diego de ser el único partícipe en el asesinato de sus hermanos, lo cual Diego nunca negó, sin embargo a la fecha continúa argumentando que no lo hizo solo, si no que Erika Peña Coss había participado en el asesinato de la menor de 3 años.

En videos difundidos del careo, resalta la frase del ahora condenado a 71 años de cárcel Diego Santoy, “Yo estoy dispuesto a pagar por lo mío, pero por lo tuyo no”,a lo que ella respondió tener las manos limpias, evitando cualquier incriminación en el caso.

Tanto Peña Coss como Santoy cambiaron sus versiones varias veces, incluso Santoy manejó la versión acerca de relaciones con la madre de los hermanos, alegando celos por parte de Erika como el principal motivo del crimen.

Sin embargo ninguna de las versiones de Santoy lograron salvarlo en el 2010 de los 110 años de cárcel, que hoy sabemos serán 72.

El caso del llamado “Asesino de cumbres” fue tan famoso que se filmó una película llamada “Cumbres”, del director mexicano Gabriel Nuncio. Incluso hubo gente que formó grupos de admiradores de Diego Santoy, quien se casó en prisión con una de las fundadoras de esos grupos.

Erika se casó y vive en el estado de Guanajuato. Su madre también desapareció como figura televisiva y toda la familia abandonó la ciudad de Monterrey.

A 15 años del caso, lo único claro es que dos menores que hoy serían ya casi adultos fueron víctimas de una o dos mentes perversas que les quitaron la vida sin piedad.

Verdades a medias que hoy concluyen con Santoy en la cárcel y con una familia Peña Coss completamente fuera del radar mediático, una herida sanada y un culpable para la ley tras las rejas.

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