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Nuevo León

Río Pesquería, un afluente de suciedad e insalubridad

El río Pesquería representa un cauce contaminado y un riesgo para la salud de los ciudadanos que habitan en sus márgenes.


  • 26
  • Junio
    2023

Dentro de la zona metropolitana de Monterrey se encuentra un lugar que debería ser un paraíso natural, pero en realidad se trata de un sitio insalubre, descuidado y muerto en su fauna.

Se trata del río Pesquería, en los límites de Monterrey y Escobedo, en su lecho viven decenas de familias quienes viven entre la basura.

Los hombres que habitan en dicho predio irregular trabajan en su mayoría como carretoneros, viven al día con ingresos poco mayores al del salario mínimo, pero cuando el día no es muy productivo no alcanzan ni el 70% del salario mínimo.

“Cuando el día es bueno son $300 o $400 pesos en un día y cuando está el día caciqueado, pues $150, $200 pesos, pero, pues haga de cuenta que no te quedas con nada más, le tienes que dar de comer al caballo y ahí se te va el dinero”, dijo Miguel Guevara, padre de cuatro hijos.

 

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Juan Guevara lleva 20 años viviendo en los márgenes del río Pesquería; durante ese periodo su estilo de vida ha sido insalubre y precario: su casa no sólo está rodeada por basura, sino que el hombre de 70 años vive con montones de desechos en su patio, pues para sacar algunos pesos extras lleva la basura a su casa para tratar de recolectar plástico y aluminio para vender “al kilo”.

Pese a que las limitaciones se aprecian por todos lados, los niños aún sueñan y aspiran a salir de la pobreza en la que nacieron.

“Kailer” es un niño de siete años que sueña con ser policía de grande.

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A pesar de que todos los días sale con su papá a recolectar basura, él no pierde ese sueño y no planea dejar la escuela como su hermano mayor, quien siguió los pasos de su padre y abandonó la secundaria en su segundo año.

Otro caso es el de Ana Cristina, quien vive junto a su esposo y su hija en una casa hecha de tablas de madera, lonas y láminas como techo.

Para ellos “la vida no ha sido fácil”.

“Pues estos años han sido muy difíciles, han sido bastante difíciles porque a veces sí hay trabajo y a veces no”, dijo Ana sobre su hogar en el que han vivido siete años.

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Además de vivir rodeados de basura, estas personas tienen que soportar todo tipo de carencias, como la falta de agua potable, irregularidades en su servicio de energía eléctrica y el fuerte olor que dejan los desperdicios de los animales.

Así son las carencias que se viven a un costado del río Pesquería, no muy alejado de la urbe, las majestuosas montañas como el Cerro de la Silla, aquí son sustituidas por el cúmulo de basura, el río está seco y los vecinos parecieran acostumbrarse a la vida bajo condiciones vulnerables.


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