Llegan pleitos vecinales... ¡hasta los golpes!

Los crecientes pleitos vecinales en la urbe regia, de los cuales en su desarrollo no se asoma la bandera blanca de la paz, son asuntos que se cocinan en una olla de presión social a punto de “tronar”, por lo que expertos en el tema urgen a recurrir a los mecanismos de mediación.  

Tan solo en cuatro de cada 100 pleitos cabe la cordura del diálogo, pero los 96 restantes imperan la inacción que termina en frustración, o la acción agresión agresiva que va desde los gritos, insultos, golpes y hasta daños materiales.

Lo anterior, de acuerdo con una muestra de datos del más reciente tabulado que el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (Inegi) resolvió la Ciudad de Monterrey, correspondientes a diciembre de 2023 y publicados en la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana.

Esta encuesta señala que en el 80% de los conflictos vecinos no hubo consecuencias tangibles, que, a decir de los expertos, este indicar es un número que debe tomarse con cautela, ya que representa la frustración vecinal y el fracaso de las vías de mediación.  

Por otro lado, en el 20% de los casos sí hubo consecuencias, de las cuales más de la mitad, es decir, en 55 de cada 100, fueron situaciones en las que las y los vecinos implicados ocasionaron daños materiales a casas o vehículos.

En el 35% de los casos sí hubo agresiones físicas corporales tales como empujones, pellizcos, golpes como puñetazos o patadas, heridas con arma de fuego, golpes con objetos contundentes y heridas con arma blanca. 

En el 10% restante no hubo consecuencias físicas, pero que en la mayoría de los casos implican violencia como gritos e insultos. En último lugar, como en un principio se relató, la sensatez del diálogo llegó a los vecinos para conciliar.   

El pasado lunes 12 de agosto, El Horizonte reveló en una investigación periodística que los conflictos entre vecinos de la Zona Metropolitana de Monterrey crecieron un 34%, siendo el tema de ruido excesivo seguido de problemas de estacionamiento y basura tirada la principal causa del encono comunitario.

Tienen pleitos y delitos una delgada línea divisora

La línea que separa a los pleitos vecinales con la comisión de un delito es muy delgada y fácil de cruzar si se recurren a herramientas como la mediación, que al aplicarlas no sólo evitan que un malentendido sea un tema justicia penal, sino que incluso puede contribuir a la armonía comunitaria y mejora del entorno.

Al respecto, José Guadalupe Steel Garza, titular del Centro de Litigación y Mediación de la Universidad Autónoma de Nuevo León, dijo en entrevista con El Horizonte que la mediación es la vía para evitar incluso que un conflicto llegue a consecuencias mortales. 

Ya que el sistema de justicia cívica deja fuera los juicios para dar apertura al diálogo entre los involucrados, Steel Garza aseguró que bajo este concepto de acuerdos los conciliadores y mediadores dan una solución al problema y no solo lo resuelven como se haría en un juicio. 

“Un conflicto cuando no se detiene o que la persona no sabe y dice que hago y escala y va escalando llega a ser un delito, un delito mortal o daños en propiedad ajena o lesiones graves. 

“Los juzgados, los tribunales resuelven conflictos y nosotros los mediadores y conciliadores solucionamos conflictos, esa es la gran diferencia, nosotros tratamos sustraerlo de raíz el conflicto”, señaló José Steel. 

Ven con urgencia crear Centros de Concertación

Los problemas vecinales son cada vez más recurrentes; sin embargo, en algunos municipios lo son más que en otros, ya que no tienen un centro de concertación entre vecinos que funcione correctamente.  

Jesús González, exdirector de Concertación Social de Monterrey, indica que estos centros tienen una línea a seguir con base en la comunicación entre los vecinos, antes de pasar a la justicia cívica y con ellas las sanciones.  

“Sí, hay una política pública para esto, se llama ‘Línea de Paz’ y es como una cadena donde cada eslabón tiene muchos procesos, el primero son las juntas vecinales con los comités o juntas directivas de cada colonia.  

“El segundo son los jueces auxiliares, luego en Monterrey se llaman ‘Constructores de Paz’, esta es una ruta de cómo debería ser la línea para solucionar los conflictos vecinales, el tercer paso y el más importante es el de la concertación social, que es un grupo multidisciplinario para atender las quejas de los vecinos”, dijo González. 

Puntualizó que estos equipos normalmente no existen en los municipios o los utilizan con fines políticos en las administraciones que están.  

Como ejemplo de su eficacia puso al municipio de Monterrey, donde aseguró que los conflictos entre vecinos se resolvían hasta casi en un 70% con base en el diálogo y sin la intervención de la justicia cívica.  

“Esta es la clave porque ni la experiencia práctica que tuvimos en Monterrey el 70% u 80% de las quejas de vecinos, ruidosos, acumulaciones, amenazas y pequeñas invasiones, todo eso lo resolvíamos en ese porcentaje con el equipo multidisciplinario”, agregó.  

Este equipo consiste en un psicólogo, una trabajadora social y un abogado.  

Los últimos eslabones de la “Línea de Paz” es la conciliación, que es un proceso legal y en caso de que escale la justicia cívica. 

Comentarios