Salud

Reciclaje tóxico en el trabajo

Mantener colaboradores solo porque tienen un supuesto arraigo en la compañía es un error tan grave como dejar la posición vacante

  • Por: EH
  • 02 Enero 2020, 14:05

La frase “más vale bueno por conocido que malo por conocer” es una de las frases más utilizadas entre las compañías, y pudiera ser que en ocasiones esta funcione de buena manera, optimizando tiempos en las curvas de aprendizaje, entre otros elementos que una persona externa a la compañía podría desconocer al llegar; el problema se da cuando esta práctica pasa de ser una excepción a una actividad recurrente cada que se abre una vacante.

El escenario es simple, en pleno crecimiento de la compañía de repente se abren necesidades humanas que antes no existían, la búsqueda por el candidato ideal se convierte en una tarea primordial para recursos humanos y hacen su mejor esfuerzo para encontrar a la persona que cubra el puesto, es entonces que a alguien se le ocurre una brillante idea: “¿Por qué no le decimos a Juan que tiene muchos años en la compañía y conoce perfectamente su idiosincrasia?” y aquí es donde empieza el clímax de nuestra historia.

Juan puede que conozca cómo trabaja la compañía, pero ha sido un elemento inestable, ha sido una moneda de cambio constante, tiene 10 años en la empresa y a su jefe le duele el corazón con solo pensar que por su mal desempeño debe decirle gracias y abrirle la puerta, es por eso que opta por inventarse un puesto nuevo para él. Colocarlo con la premisa que sabe y conoce todo de la empresa.

Al cabo de un tiempo Juan vuelve a fallar y nuevamente es “reciclado” a un nuevo puesto y así sucesivamente hasta que el daño es irreversible, esa creencia de que alguien que conoce la compañía funcionará mejor que alguien de afuera es lo que hunde en un mar profundo a muchas empresas, ya sean pequeñas medianas o grandes.

Como el jefe de Juan hay muchos líderes que piensan que los años mandan por sobre las capacidades, y que el sentimentalismo no les permite tomar una decisión acertada en lo que refiere al crecimiento de la empresa. Definitivamente no es sencillo decirle adiós a alguien que ha brindado tantos años de su vida por la compañía, pero al final el negocio es solo eso: ¡negocio! Y el sentimiento debe hacerse a un lado.

Reciclar colaboradores y pasarlos de un puesto a otro con la excusa de enriquecer las funciones no solo le hace un daño a la persona, lo hace al líder, a la compañía, y a la fuerza laboral externa e interna; la libre competencia de habilidades se reduce a unos cuantos y los que de verdad merecen la oportunidad se quedan con las ganas solo porque el corazón dictó algo.

Reza un dicho “renovarse o morir”, no todo el reciclaje es bueno, hay algunos muy tóxicos que solo producen más basura y daño al ambiente. Si tu plantilla necesita refrescarse es mejor salir y buscar en el mercado que seguir buscando para qué es bueno “Juan”. Duele al principio, pero es importante que también entendamos que el dejarlo también lo lastima, no ser honesto con él y esconder su mal desempeño bajo la máscara del “para que aprendas algo nuevo” solo lo hace creer que no está fallando, convirtiendo su desempeño en un círculo vicioso del cual es difícil salir.

Al final, de tanto reciclaje habrá un momento en el que ya no exista forma de seguir manteniendo la máscara y se terminará por decirle adiós; el problema es que esto será después de dejar daños tal vez irreversibles en el ambiente laboral. “Más vale bueno por conocido que malo por conocer” es una frase que debería estar guardada en el baúl de los recuerdos de los negocios, hoy el mundo nos obliga a ver hacia adelante y a veces lanzarnos al vacío de lo desconocido, aunque en ese salto tengamos que despedirnos de algunos elementos sentimentales.

Por: Carlos Talancón / Asesor en Negocio

Twitter: @CHARLIETALANCON

EMAIL: CARLOS.TALANCON85@GMAIL.COM

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