Salud

Pirotecnia: ¿por qué los cohetes afectan a los perros?

Los fuegos artificiales dañan severamente a los animales, principalmente a los domésticos y usualmente los perros son los que se ven más afectados por los cohetes.


  • 15
  • Septiembre
    2020

En México se tiene una polémica tradición cuando llegan algunas festividades como Navidad, Año Nuevo o la celebración del Grito de Independencia: tronar cohetes.

Sin embargo, cada vez se tiene más conciencia respecto al daño que se hace al utilizar pirotecnia como parte de estas fiestas; una de las consecuencias negativas es que se fomenta la contaminación al medio ambiente, además, que se expone a las personas, principalmente niños, a que sufran accidentes y quemaduras graves, así como provocar incendios.

Sin embargo, existe un daño que, aunque en principio pasaba desapercibido, últimamente se ha hecho más eco de esto: se trata del daño a los animales, principalmente a los perros.

Varios estudios demuestran que casi la mitad de los animales sufren alguno de los efectos que causan los sonidos estruendosos de la pirotecnia, y en los perros particularmente, al ser los más cercanos a los humanos, se generan muchos males, que van desde nerviosismo hasta una especie de estrés postraumático.

¿Qué experimentan los perros al escuchar cohetes?

Indiscriminadamente, los perros sufren de taquicardia, temblores y falta de aire cuando escuchan una detonación; la constancia de estos sonidos provocados por fuegos artificiales, provocan también aturdimiento, náuseas, pérdida del equilibrio y en algunas razas, sobre todo las pequeñas, el estrés deriva en infartos letales.

¿Qué hacer en estos casos?

La respuesta obvia es evitar a toda costa los fuegos artificiales, no promoverlos ni practicar la quema de cohetes. Pero si las detonaciones no son provocadas por gente cercana y no está en nuestras manos detener la pirotecnia (al menos no inmediatamente) se recomienda mostrar calma y reconfortar al animal.

Aunque pueda resultar difícil, el dueño no debe mostrar estrés frente al perro para no fomentar en él el mismo comportamiento.

Se debe intentar reducir o camuflar el sonido, subiendo el volumen de la televisión o música, cerrando ventanas o puertas por donde las detonaciones puedan colarse.

Buscar una zona más tranquila resulta de mucha ayuda también.


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