Salud

La miel, un dulce manjar que puede ser peligroso

Por su alto contenido de fructosa, la OMS recomienda que el consumo de la miel sea por debajo del 5% de la ingesta calórica total.


  • 18
  • Agosto
    2020

La miel es empleada para numerosos usos, desde edulcorante en la gastronomía hasta remedio casero contra la gripe y la tos seca; sin embargo, por extraño que parezca, la miel puede llegar a tener propiedades tóxicas capaces de originar trastornos corporales, como problemas gastrointestinales, cardíacos, respiratorios o neurológicos.

¿Por qué la miel puede ser tóxica?

En el mercado existen diferentes tipos de miel, los cuales dependen del tipo de flor empleado para su elaboración.

Sin embargo, no todas las especies de flores melíferas que se encuentran en la naturaleza poseen esta característica; algunas plantas pueden ser tóxicas.

En 2015, la Comisión Europea realizó una investigación sobre las mieles adulteradas y buscó prohibir aquellos productos elaborados con mieles de origen chino por su contenido en grayanotoxina, el componente tóxico de las llamadas “mieles locas”.

Una dosis alta de este tipo de miel afecta al sistema nervioso central y produce confusión, agitación, delirio y amnesia, además de causar síndrome colinérgico, en casos extremos.

Mitos sobre la miel

Por su parte, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, por sus siglas en inglés) rechazó algunos de los beneficios que se atribuyen a la miel, por ejemplo negó que:

  • La miel tiene propiedades beneficiosas sobre el sistema digestivo
  • La miel tiene poder antioxidante
  • La miel tiene un poder antimicrobiano
  • Ayuda mejorar la memoria y el aprendizaje
  • Mejora el metabolismo lipídico

Composición y consumo de la miel

El 80 por ciento de la composición de la miel son carbohidratos, donde destaca un 30 por ciento de glucosa y un 40 por ciento de fructuosa. Otros componentes son los ácidos, minerales, proteínas, elementos aromáticos y vitaminas, pero en cantidades muy pequeñas.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda el consumo de azúcares libres, como la miel, inferior al 5 por ciento de la ingesta calórica total.

Además, la miel supone un riesgo para los pacientes con diabetes por su alto contenido de fructosa.


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