Salud

El poder de la palabra como herramienta para la empatía

El neurocientífico Mariano Sigman promueve su libro El poder de las palabras, como poderosa herramienta para la empatía.

  • Por: Verónica Espinoza
  • 10 Julio 2023, 22:42

El doctor en neurociencia Mariano Sigman destacó que el poder de la palabra como herramienta algunas veces salvó a la humanidad, pero también puede cambiar la vida de un ser querido.

“La palabra nos salva; es una herramienta virtuosa con la capacidad de rescatarnos en circunstancias que pueden ser trágicas”, aseguró el científico argentino, a propósito de su libro El poder de las palabras.

El volumen reflexiona sobre interrogantes que interpelan a los seres humanos, analizados desde el punto de vista de la ciencia.

“No escribí porque yo sea bueno en las cosas que he contado; lo escribí porque soy malo en ellas y eso hace el libro más empático”, reveló el autor.

Nacido en Buenos Aires, Sigman obtuvo en Nueva York el doctorado en neurociencia. A partir de sus estudios, reflexionó acerca de sentimientos y actitudes de las personas, como la compasión, los celos o la forma de asumir la muerte.

“El libro busca respuestas a temas de los que se ha ocupado la ficción. Si piensas en el laboratorio natural de los celos, están Proust o Shakespeare, la literatura y el cine; yo busqué en la ciencia respuestas a las preguntas que nos hacemos”, confesó.

Según Sigman, el ser humano tiende a la compasión, pero a la hora de asumirla en la intimidad, lo hace con rigor, lo cual destaca el libro, dividido en seis capítulos y que termina con un compendio de ideas para vivir mejor.

Candil de la calle…

El dicho Candil de la calle, oscuridad de la casa, hace referencia a quienes son rigurosos con su gente querida, y alude a un asunto estudiado por la ciencia. El cerebro olvida la conveniencia de ser compasivo y que si hay necesidad de ser pedagógico, mejor asumirlo después.

“En ocasiones nos surge un reflejo compasivo con un desconocido, incluso con un animal; si ves un perro que la pasa mal, quieres hacer algo para que eso cambie. La ironía es que en el círculo afectivo, eso cambia. Si un hijo se tropieza en la calle, hay un tono crítico, reflexivo”, explicó.

“Muchas veces las cosas más importantes están delegadas a la intuición. En el colegio nos enseñan matemáticas, geografía, historia, pero nadie nos enseña a regular emociones, a tomar decisiones, cosas decisivas en la vida”, consideró el autor.

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