Opinión

Una nueva era de tensiones globales nos acecha

Sección Editorial

  • Por: Guillermo Barba
  • 25 Noviembre 2024, 00:07

El panorama geopolítico internacional ha entrado en una fase de escalada multifacética que amenaza con reconfigurar las dinámicas de poder, comercio y seguridad en el corto y mediano plazo. 

A medida que se intensifican las tensiones entre las principales potencias, las implicaciones económicas y financieras comienzan a emerger con fuerza. Michael Every, de Rabobank, apunta que esta escalada, lejos de ser contenida, podría desencadenar una serie de eventos que difícilmente permitirán una desescalada inmediata, especialmente en el contexto de un escenario geopolítico marcado por rivalidades estratégicas y conflictos latentes.

Estados Unidos

El debate interno en Estados Unidos refleja la complejidad de las decisiones económicas y geopolíticas. Mientras algunos miembros de la Reserva Federal sugieren una pausa en los recortes de tasas, la posibilidad de una prolongación de las tasas de interés elevadas cobra relevancia. Paralelamente, la búsqueda de un nuevo secretario del Tesoro introduce incertidumbre en los mercados, especialmente si figuras como Robert Lighthizer o Kevin Warsh, conocidos por su postura más estricta respecto al comercio y la política monetaria, llegan al cargo.

Estos movimientos podrían amplificar la volatilidad en el mercado del Tesoro y en los activos financieros, particularmente si el próximo liderazgo del Tesoro adopta una narrativa de mayor proteccionismo o tasas altas sostenidas, lo que iría en línea con la “Trumponomics” que promete el próximo gobierno. En este contexto, los activos refugio, como el oro, se perfilan como una opción cada vez más atractiva para los inversionistas.

China y Rusia

China, por su parte, continúa avanzando en su estrategia de endurecer los controles sobre exportaciones de materiales estratégicos como el grafito y el tungsteno, lo que afecta directamente a las cadenas de suministro globales. Al mismo tiempo, Rusia anunció la prohibición de exportación de uranio enriquecido, subrayando la creciente importancia de los recursos estratégicos en las tensiones globales. 

Estas medidas confirman el uso de las cadenas de suministro como herramientas de presión económica en una creciente "guerra económica" que podría alterar los flujos comerciales establecidos.

En el frente militar, los recientes ataques ucranianos con misiles de largo alcance proporcionados por Estados Unidos marcan un punto de inflexión. Esta decisión, autorizada por el presidente Joe Biden, representa un cambio significativo en la postura de Washington y probablemente desencadenará una respuesta intensificada por parte de Rusia. La llegada de tropas norcoreanas en apoyo al Kremlin agrega un nuevo matiz a esta escalada.

De hecho, este martes 19 de noviembre, el Ministerio de Defensa ruso confirmó el primer ataque con misiles balísticos estadounidenses en territorio ruso, marcando un punto de no retorno en el conflicto. Este evento, junto con la intensificación de las sanciones económicas y los conflictos comerciales, refuerza el atractivo del oro como reserva de valor.

El factor Trump

Con Donald Trump próximo a asumir nuevamente la presidencia, sus promesas de limitar el apoyo a Ucrania y centrarse en una reorganización del Pentágono podrían redefinir el papel de Estados Unidos en los conflictos internacionales. Trump ha enfatizado su intención de aplastar la economía iraní y priorizar una estrategia económica de “Estados Unidos primero”, lo que aumentará las tensiones con aliados y adversarios por igual. 

La creciente demanda de oro, impulsada por los riesgos geopolíticos, ya ha llevado su precio a máximos históricos en 2024, y se espera que supere la barrera de los 3,000 dólares por onza en 2025. Este ascenso está respaldado por una combinación de factores: la incertidumbre económica, la devaluación de monedas frente al dólar y la percepción de que las tensiones geopolíticas continuarán escalando en los próximos años.

Un escenario turbulento pero predecible

El mundo se encuentra inmerso en un ciclo de escaladas económicas, militares y políticas que parecen no tener fin cercano. Si bien estas tensiones generan riesgos significativos, también ofrecen oportunidades claras para los inversionistas que buscan protegerse contra la incertidumbre. 

Con la política estadounidense en transición, las restricciones comerciales de China y las tensiones en Europa del Este aumentando, el mensaje es claro: La volatilidad global está lejos de desaparecer, y el oro seguirá brillando como un refugio seguro en medio de la tormenta.

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