El espíritu cívico, nacionalista y libertario de los mexicanos que exigen seguridad, justicia, igualdad, honradez y bienestar, se ha visto reflejado a lo largo de todo el día de ayer durante los comicios más importantes de la historia moderna del país y donde justamente hoy esperamos ver, como reflejo fiel y preciso del espejo participativo de los comicios, un nuevo amanecer para México.
Aunque sin ser mago, adivino o prestidigitador, es previsible que por lo convulso y “apretados” de los procesos en todos los niveles de las contiendas veamos en este nuevo amanecer, la explosión del engañoso júbilo de algunos y el airado reclamo de otros, más allá de los temas legales de algunos de los procesos, donde deseamos que prevalezca entre los actores políticos, el respeto irrestricto hacia la decisión del elector que se manifestó en mayoría y que al final son quienes deciden, en teoría, a los ganadores de una elección.
Evidentemente que habrá entre quienes obtuvieron un resultado adverso, el grito y el pataleo mediático y la pronta judicialización que buscará a toda costa, arrebatar el triunfo eliminando números para dejar chimuelo la suma de resultados, es importante recordar que la labor ciudadana no termina al entintarse el dedo con el líquido indeleble, sino exigiendo a la autoridad electoral y a las autoridades judiciales el respeto absoluto hacia los números reales que fueron emitidos en las casillas porque aquí ya no caben otros datos.
Digno además es reconocer la gran participación ciudadana en ambos lados de la cuestión, la parte cívica electoral que desde temprano y con gran entusiasmo elevó su derecho de votar haciendo copiosas y en algunos casos extenuantes filas a fin de expresar su voluntad electoral a través de las boletas, además de la parte cívica operativa que se encargó del buen funcionamiento de los comicios a lo largo de toda la jornada cívica electoral.
Y a continuación y a partir de este nuevo amanecer, veremos y escucharemos en los subsecuentes días y por todos los medios posibles y por haber, reclamos inconformes de chile, tomate y manteca; es decir, de todo tipo y emitidos por todos los colores, rojos, azules, verdes, guindos, naranjas, alegando “mañas” que les arrebataron sus “triunfos electorales”.
Algunos tendrán razón, algunos otros nomás no; sin embargo, esto es parte, una más de las partes deleznables que tienen los procesos electorales, para intentar hacerse del poder aprovechando los recovecos legales por encima muchas veces aun de la voluntad expresada en las urnas.
Así pues, estimado lector, más allá de quién ganó y quién perdió, más allá de los triunfos “cacareados” por los partidos y candidatos sean legítimos y las derrotas honradamente sean reconocidas, hoy lunes 3 de junio estamos frente a un nuevo amanecer que honestamente deseamos sea fiel reflejo del espejo que la voluntad ciudadana expresó el día de ayer en las urnas.
Por hoy es todo, medite lo que le platico, estimado lector, esperando que este nuevo amanecer se traduzca en un reflexivo día, por favor cuídese y ame a los suyos; me despido honrando la memoria de mi querido hermano Joel Sampayo Climaco, con sus hermosas palabras: “Tengan la bondad de ser felices”. Nos leemos, Dios mediante, aquí el próximo lunes.