Esta bendita profesión de periodista deportivo me da la oportunidad de estar en distintos lugares en un mismo día.
Como ayer jueves que cubrí, tanto el evento del Día de la Foto Oficial de Tigres en la UANL, como el entrenamiento de Rayados en El Barrial.
Y así como tuve que cruzar de lado a lado la zona metropolitana de la gran Monterrey para estar primero con los colores amarillo y azul, y después con los de azul y blanco; también crucé un río de contrastes que me hicieron sentir los ambientes muy distintos y existentes: las risas del tercero general, y las lágrimas del noveno.
Estar entre los felinos era navegar en un clima benigno impregnado de fe y de confianza, de amistad y de camaradería, de optimismo y seguridad, pero al estar a las afueras del búnker rayado, el ambiente era de una selva dominada por la penumbra, de pesadez y de inseguridad, de no creer en ellos mismos ni en los de al lado, de salir presurosos en sus coches sin siquiera voltear a ver a un solitario aficionado que buscaba la foto, salvo los casos de Oliver, Ocampos y Reyes, quienes amablemente se detuvieron con el hincha.
Ahora bien, pese a que el grueso del historial me dice que estas diferencias tienen que ver con el espíritu de una y otra institución, no puedo dejar de lado la actualidad futbolística que viven los dos equipos regiomontanos, y no me refiero solamente a la frialdad de un número y/o estadística que sí dicen mucho, pero que a veces mienten porque no van en relación al funcionamiento individual y colectivo.
La posición en la tabla por parte de Tigres está ad hoc con su funcionamiento en cancha, el de Rayados… ¡no!
Y me voy a explicar… de acuerdo a lo que he visto del Monterrey esta temporada, no deberían estar en el noveno puesto, sino dos o tres por debajo, conviviendo con Mazatlán, Atlas y Gallos, aunque bueno, lejos no andan.
En fin, esto es futbol, que como todo deporte es de contrastes, de ganadores y derrotados, de Campeones y subcampeones, de alegrías y de tristezas, de buenos y malos equipos, de Tigres y de Rayados, de Rayados y de Tigres, nuestros benditos equipos que hoy presentan semblantes distintos, pero que mañana puede cambiar la situación, así es esto del deporte, así es esto del futbol, así es nuestro regiomonte.
¡Lágrimas y risas! En una ciudad que, como aquella revista que dominó el mercado por tres décadas, puede cambiar de protagonista de un día a otro, o tropicalizándolo a lo futbolístico, de un partido a otro, porque así es el deporte más popular del mundo, el futbol… ¡AUNQUE ARDA!