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Opinión

Confianza

El momento presente

 

La confianza es una fortaleza que podemos desarrollar para lograr sostener una vida con mayor plenitud y crecimiento.
 
Uno de mis maestros, quien es no sólo teólogo y psicoterapeuta sino también un escritor prolijo, comenta en más de uno de sus libros que el miedo y la confianza utilizan las mismas vías neuronales en el cerebro, esto quiere decir que cuando activamos el miedo, la confianza se inhibe y cuando activamos la confianza, el temor desaparece.

En alguna ocasión, platicando con él, me dijo, palabras más palabras menos: “Haz lo que te toca y confía en que el universo hará lo demás”.

De hecho, si no desarrollamos la confianza en nosotros, en los demás y en la vida misma, la existencia se vuelve muy pesada, donde la zozobra, la incertidumbre, la angustia y válgame, la redundancia, la desconfianza, nos van consumiendo.

Sin embargo, la confianza de la que habla mi maestro y de la que me refiero, no es una confianza inocente donde presuponemos que todo nos irá bien o dicho de otra forma, que todo y todos serán como queremos.

Porque obviamente la realidad no se desarrolla para complacernos, la confianza se refiere a un saber profundo que en medio y a pesar de todos los torbellinos donde nos veamos arrastrados, al final “todo es perfecto” no para el ego, sino para la totalidad que somos.

Por lo tanto, es sumamente importante desarrollar el arte de la confianza y según Bob Stail, psicólogo estadounidense, una de las formas más eficientes para que nuestro cerebro vaya desarrollando una profunda e inquebrantable confianza, es la práctica de la respiración consciente.

La práctica de la respiración consciente estimula el sistema nervioso parasimpático, este sistema es el que se activa cuando nosotros tratamos de recuperar la calma después de un momento estresante.

Así que respirar con atención va fortaleciendo este sistema que nos permite a nosotros la habilidad de irnos sintiendo más y más confiados, pero ojo, ser confiados, no es ser descuidados, ser confiados es relajarse haciendo lo que debemos hacer pero sin la tensión de creer que los resultados dependen de lo que nosotros hagamos o no hagamos.

Y también nos libera de la trampa de creer que si algo no sale como queremos, es la gran tragedia, ya que muchas veces, la vida nos lleva a perder para aprender de ello.

Así que, si queremos reducir el temor, la angustia, la ansiedad, la zozobra y queremos, por otro lado, fortalecer la confianza, más nos vale que empecemos a dedicar un mínimo diario de respirar con atención por unos quince minutos.

Cuando la confianza va arraigando en nosotros lo notamos porque vivimos con más valentía, con más objetividad, con más relajación, relajación física me refiero, a una relajación que nos permite un descanso maravilloso.

Y también nos permite algo increíble, poder relacionarnos profundamente con cada momento de nuestra existencia, se va desarrollando una habilidad natural, espontánea, de abrazar la realidad que se nos va presentando, realidad no que vivimos, sino que SOMOS.

Así que mi invitación es: Respira consciente y abraza la vida, somos vida, aprovecha lo que tú misma o tú mismo has creado. Hasta el siguiente momento presente.

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