Ayer, el gobernador Samuel García fue anfitrión de la Segunda Reunión Regional Noreste de Seguridad. Junto con Manolo Jiménez, gobernador de Coahuila, y Américo Villarreal, de Tamaulipas.
¿A qué acuerdos llegaron? A operar un grupo policial interestatal cuya sede será el destacamento de Fuerza Civil en el Puente Internacional Colombia, con reuniones de evaluación cada cuatro meses.
Omar García Harfuch, el flamante “Supersecretario” de Seguridad y Protección Ciudadana del gobierno de Claudia Sheinbaum, con quien se reunió Samuel hace apenas un par de semanas, ha expresado que en Nuevo León han disminuido los índices delictivos y que el epicentro de la inseguridad fronteriza reside en Tamaulipas.
El problema, sin embargo, es que las células del narcotráfico que dominan Tamaulipas se desplazan hacia Nuevo León y Coahuila. Si no hay coordinación efectiva entre los tres estados, será imposible que Tamaulipas pueda solo con el paquete.
En seguridad, como bien señala Samuel García, no hay éxitos ni fracasos definitivos, siempre habrá altibajos, "cambios de gobierno que generan tensiones y mueven el tablero". De las tres entidades, Nuevo León es la mejor preparada para combatir al crimen organizado.
El gobierno estatal ha invertido $16,000 millones de pesos en seguridad pública durante sus primeros tres años de sexenio, y ya se han instalado destacamentos de norte a sur. Además, habría que sumar a eso la división aérea: 9 helicópteros y el potente Black Hawk, junto con los vehículos tácticos Black Mamba (por cierto, fabricados 100% en México).
Esperemos que con la integración de las dependencias y entidades de seguridad e inteligencia bajo la “Supersecretaría” de García Harfuch, incluyendo su participación en la persecución de delitos junto con la FGR, se logre una coordinación efectiva entre los diversos gobiernos bajo un mismo manto de protección ciudadana.
Y esperemos que sea eso, y no ambiciones oscuras, lo que inspire la reforma al artículo 21 constitucional presentada al Congreso de la Unión por la presidenta Claudia Sheinbaum para poner bajo el mando de García Harfuch el Sistema Nacional de Inteligencia. No demos alas a las quejas, a veces intencionadas, del embajador Ken Salazar.
Acabo de leer el libro San Fernando: última parada de la notable periodista Marcela Turati, y nadie desea volver a sufrir tanto “crimen autorizado” que mató y desapareció a decenas de mexicanos y migrantes en tiempos del panista Felipe Calderón.
Y si bien Tamaulipas no es un estado fallido, como el de Guanajuato o Guerrero, sí ha tenido gobiernos que han fallado en materia de seguridad. Vemos que los índices delictivos en Nuevo León sigan descendiendo y no se sumen a la estadística de muertes violentas, a los criminales caídos en enfrentamientos militares y policiacos.
No es lo mismo una víctima civil que un criminal. Marquemos la diferencia, aunque no le guste a la Comisión Nacional de Derechos Humanos.