Siete puntos; ¿podrá?
Sección Editorial
- Por: Francisco Gómez
- 03 Octubre 2024, 00:19
1. Es la pregunta que muchos nos hacemos. Así de oneroso se siente el legado de su antecesor, que no se ve tan fácil el futuro inmediato de la ya Presidenta de México.
Si bien llega muy empoderada, con una inmensa votación a su favor, un partido aplanadora que la cobija, un Congreso más que plegado a sus órdenes y una inercia ganadora que le ayudará al inicio de su gestión, pueden surgir algunas piedras en su camino. Habrá que ver si es capaz de bordearlas. Menciono solo cuatro retos, entre muchos más, que deberá enfrentar la primera Presidenta mexicana.
2. Un primer desafío lo constituye su relación con el Ejército. Con AMLO, las fuerzas armadas adquirieron un poder jamás visto, con asignaciones para las más variadas tareas y con un ingente presupuesto. Se han acostumbrado a unos reflectores que ya no querrán perder. Si, como prometió la nueva Primer Mandataria -con a-, quiere llegar al fondo en el caso de los 43 desaparecidos de Ayotzinapa, raspará por fuerza a la milicia, y eso no les va a gustar. Veremos si, a diferencia de su antecesor, que no pudo, es capaz de resistir esta difícil presión.
3. Un segundo frente, interno, es el relativo a Morena, movimiento surgido de rompimientos en el PRD, que a su vez nació de rupturas en el PRI, acostumbrado al protagonismo de tribus que buscan mejores posiciones y prebendas. El autoritarismo de su fundador hizo que personajes clave de la organización agacharan la cabeza y se sometieran a los dictados del líder. Algunos de ellos fueron enemigos de la ganadora en la contienda presidencial. No creo que se distingan por obedecer de la misma manera, y habrá que ver si la nueva referente logra aglutinarlos.
4. En relación con la anterior, aparecerá, como una sombra permanente, una tercera piedra en el femenino zapato presidencial: AMLO. El paso del tiempo nos dirá si, por ejemplo, las alabanzas excesivas y reiteradas a quien ¿se va? a su rancho en Tabasco forman parte de una sumisión acrítica o de una estrategia que ha funcionado y que le permite a la nueva Comandante Suprema de las Fuerzas Armadas mantener la amplia popularidad del movimiento que ahora encabeza ella. No hay duda de que continuará la 4T, pero: ¿dirigida desde Palenque o desde Palacio Nacional?
5. Pero el cuarto reto es, quizá, el más complicado, y lo constituye la realidad, que fue reiteradamente negada por el Presidente saliente. Nuestro sistema de salud no es el mejor del mundo, muchas regiones del país están dominadas por el narco, la educación pública se ha deteriorado notablemente y las relaciones exteriores han sufrido serias mermas. Este es el país que encuentra la nueva Presidenta y, para cerrar, solo una pregunta: ¿con qué dinero piensa financiar su ambiciosa agenda de gobierno? ¿Cómo mantendrá los programas sociales sin aumentar impuestos?
6. Yo, que soy un irredento optimista, creo que sí podrá con estos posibles nubarrones. El martes vimos algunos signos que me hacen abrigar esa esperanza: la doctora se mostró más plural y menos ríspida; saludó a la ministra Norma Piña —cosa que no hizo AMLO— y prometió apostar por la ciencia y la tecnología, haciendo honor a su historial académico. Pero: atención. ¿Nos plantearíamos todos estos interrogantes si tuviéramos nuevo Presidiente varón? ¿La sospecha de que será un títere del que “se va” esconde una cierta misoginia?
7. Cierre icónico. Pues parece que la narrativa negacionista que campeó en estos últimos seis años a nivel nacional se instala también entre nosotros. Mientras que las cifras duras nos indican que, en Nuevo León, septiembre fue el mes con más crímenes en los últimos 16 años, las autoridades consideran que son hechos aislados, fuera de lo habitual, y que referirlos es sensacionalismo. No es negando la realidad de violencia que está a la vista como se va a resolver este espinoso tema, sino atendiendo a sus causas y a sus efectos.
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