Mi artículo de ayer sobre el proyecto “Viaducto Elevado Morones Prieto”, ha levantado un intenso debate en los chats de WhatsApp.
Por un lado, hay un bando, que yo considero mayoritario, que la consideran (al igual que yo), una de las magnas obras de Movilidad para mejorar el flujo vehicular en el Área Metropolitana de Monterrey.
Otro bando, más oscuro, tendencioso, considera que esta obra no debe ejecutarse y yo tildo a estos negacionistas de ignorantes o de mal intencionados, incluyendo (tengo que decirlo, ni modo), a algunos partidos políticos opositores y a ciertos medios de comunicación.
Es de una desfachatez rayando en cinismo descarado alegar que el Segundo Piso, que básicamente es en lo que consiste este Viaducto, debería de ser gratis. Ya dije ayer que en ninguna gran ciudad del mundo los segundos pisos son gratis. Se trata de opciones para quienes quieran tomar esa vía, que además liberará el tránsito vehicular en la avenida Morones Prieto. Dicho de otro modo, salimos ganado todos, tanto los que pagan como los que no pagan y prefieren transitar por abajo.
Son los mismos críticos desfachatados que llevan años exigiendo que el transporte público sea gratuito, o que no quieren aumentar la tarifa unos cuantos pesos más. Por un lado, se les olvida que llevamos ya más de dos sexenios y medio con la tarifa congelada. Y, por otro lado, se les olvida que con esa misma tarifa del Metro el usuario puede abordar el TransMetro. Es decir, no paga doble o triple tarifa, sino una misma para transbordar. Sin embargo, como eso esto es una gran ventaja para el usuario del transporte público en el Área Metropolitana de Monterrey, los críticos prefieren callarlo. Y es que su función es condenar, criticar y destruir, no ser objetivos e imparciales.
Tan mal intencionadas son las quejas de estos negacionistas que nunca admitirán que el segundo piso, que continuará el viaducto que viene de Saltillo, Coahuila y terminará antes de la Caseta de la autopista al Aeropuerto Mariano Escobedo, es una obra monumental y digna de ser replicada en cualquier megalópolis de cualquier parte del mundo. Está planeada y será ejecutada por nuevoleoneses sin que tengamos que sacar dinero (impuestos) de nuestros bolsillos.
A los negacionistas del segundo piso, no les importa, en el fondo, que gracias a esta obra se reducirán los tiempos de tránsito metropolitano a menos de la tercera parte, como lo tiene contemplado la Secretaría de Movilidad.
A los negacionistas de estas obras de Movilidad no les importa que la línea 4 y 6 del Metro será la más larga del Continente, y que el Viaducto de Morones Prieto será más largo que el que se construye a la fecha en San Antonio.
A los negacionistas no les importa aclarar que el viaducto no estará en el cauce, sino que quedará al margen del río Santa Catarina, protegiendo la flora y fauna.
¿Y sabes por qué no les importa a los negacionistas que se avance en los temas de Movilidad en el Área Metropolitana de Monterrey?
Porque sería reconocer que Samuel García y su gabinete están haciendo las cosas bien. Eso va contra los intereses de los jefes de estos negacionistas a quienes se les paga por atacar, difamar y criticar sin fundamentos.
Búsquense mejor una fuente de ingresos menos turbia y pervertida. Déjenos trabajar a los nuevoleoneses que sí queremos avanzar por el bien de nuestras familias.