A pesar de contar con respaldo popular y la simpatía de numerosos priistas proclives al cambio generacional y democrático de su partido, Raúl Rangel Frías fue víctima de la imposición del gobernador Arturo B. de la Garza, debiendo presentar su renuncia a la precandidatura, acto que causó severas críticas al mandatario estatal, no solo de los grupos internos como la CTM sino también del PAN, el cual aprovechó la situación para exhibirlo ante la ciudadanía por su autoritarismo. Las elecciones municipales de 1948 se vieron empañadas desde un inicio, veámoslo a continuación.
El 17 de septiembre, se dio a conocer en los periódicos locales la renuncia del joven precandidato, quien argumentó: “No pretendo tener el monopolio de la juventud o de las ideas renovadoras dentro del PRI, pero reconozco que quienes formularon mi candidatura tenían en mente sin divisionismo alguno, un proceso de renovación que es indicio de madurez, parcial por lo menos, en todo pueblo.
Continuaremos luchando, porque mi aparición en la vida política por primera vez no apuntaba exclusivamente hacia la Presidencia Municipal de Monterrey.”
Desde el 9 de agosto se integró el comité político del PRI, que apoyaba la precandidatura del Lic. Santos Cantú Salinas. En una nota del día 16 de ese mes, se aseguró que esta precandidatura era “símbolo de unidad y de trabajo y que constituye una garantía de tranquilidad y de confianza para todos los hogares regiomontanos, surge hoy a la lucha cívica como resultado de un acuerdo tomado por todas las organizaciones revolucionarias (sic) que agrupan en su seno la totalidad de los miembros del Partido Revolucionario Institucional.”
Se dan pocos datos sobre su trayectoria, en su propaganda únicamente se mencionaba que era originario de Monterrey, había estudiado en el Colegio Civil para después titularse de abogado en 1933, en la Escuela de Jurisprudencia de esta misma ciudad; su participación política había sido corta, ya que sólo durante los años de 1940 a 1945 fungió como Presidente del Comité Regional del Partido de la Revolución Mexicana, para después ser electo Diputado federal; cargo que desempeñaba en 1948.
El 4 de octubre, el Comité Municipal del PRI hizo oficial la designación de Cantú Salinas para contender por la alcaldía de Monterrey.
Aunque los dirigentes del partido aseguraron que fue una elección de unidad que contó con el respaldo de todas las agrupaciones, al otro día se comenzaron a publicar diversas notas donde la CTM criticó la forma como se había conformado la planilla del candidato priista, en la que se le negaron curules a esta central obrera, en cambio, se le entregaron algunas a militantes del Partido Comunista Mexicano (PCM), partido al que consideraban contrario a sus principios ideológicos.
Sin embargo, esta crítica no pasó a mayores, y el gobierno fue capaz de controlar los ímpetus de los dirigentes cetemistas.
Finalmente, el 29 de octubre por la noche, el Lic. Santos Cantú Salinas, frente al edificio del PRI, rindió su protesta como candidato, evento en el cual participaron como oradores la Lic. Margarita R. García Flores, Lic. Caleb Sierra Ramos, Prof. Timoteo L. Hernández, quienes resaltaron los puntos vitales del Programa de Gobierno Municipal del PRI.
Este documento comprendía entre otros puntos: mejorar la economía municipal a base de ampliación de nuevos renglones y no aumentando los impuestos, saneamiento y reforestación de los parques y jardines, perforar en varios rumbos de la ciudad para lograr abastecer de agua a las colonias apartadas, construir mercados de barrio, construcción de escuelas, mejoramiento de la policía municipal, perfeccionar la acción de la Junta de Mejoras Materiales, organizar la Junta de Beneficiación Obrera, crear sociedades de jóvenes universitarios para que cooperaran en preparar al pueblo, organizar el Comité Pro-Festejos Cívicos y otros puntos más.
A principios del mes de noviembre, la dirigencia del PRI informó que se habían programado 15 mítines. El primero se llevó a cabo en la colonia Buenos Aires, en la que tomaron parte varios oradores, destacando la presencia del Presidente del Comité Regional, Prof. Humberto Ramos Lozano. Días antes de la elección, el 28 de noviembre, los rotativos locales daban a conocer que este partido no estaba dispuesto a jugársela el 5 de diciembre y que para asegurar su triunfo “de última hora seis agrupaciones de “paja” —además del PCM— se habían registrado “oportunamente” en la Secretaría de Gobernación para participar en la elección del domingo 5 de diciembre”, obviamente, todas teniendo como candidato a Cantú Salinas.
El 5 de diciembre, se realizó la elección municipal, considerada una de las de mayor participación ciudadana. Lamentablemente, la prensa dio cuenta de que había sido una jornada desaseada, en la que el partido en el poder junto con el gobierno y los partidos políticos paleros cometieron todo tipo de ilegalidades para asegurar su triunfo. Alteración del padrón electoral, gente identificada con el PRI votando en varias casillas, amenazas para los representantes del PAN y lo más escandaloso: robo de ánforas a plena luz del día acciones capitaneadas por Arnulfo de la Garza hermano del gobernador fueron algunos de los delitos cometidos por la cargada tricolor.
El 10 de diciembre, los dirigentes del PAN demandaron ante el Congreso local la nulidad de las elecciones, aduciendo pruebas consistentes en actas notariales.
Dejando a un lado la protesta legal formulada por los panistas, la Junta Computadora se reunió el 11 de diciembre a las nueve de la mañana para realizar el conteo de los votos. De acuerdo a su escrutinio, el candidato del PRI, Lic. Santos Cantú Salinas resultó el ganador de la elección al sumar 29,742 votos; por 19,921 que había obtenido la planilla albiazul, encabezada por el Dr. José G. Martínez.
El 16 de diciembre, se efectuó la sesión del Congreso local para analizar la protesta de Acción Nacional, en la que por unanimidad se aprobó un dictamen que consideró improcedente la solicitud de nulidad de los comicios y declaró válidas las elecciones.
El 18 de diciembre, se publicó en el Periódico Oficial el acuerdo número 140, expedido por el Congreso del Estado, en el que se reconoce la validez de las elecciones del 5 de diciembre de 1948, declarando ganador al Lic. Santos Cantú Salinas, para ocupar la alcaldía de Monterrey durante el periodo 1949-1951.
En conclusión, las elecciones de 1948 volvieron a dejar al descubierto la mecánica fraudulenta del gobierno para imponerse en los comicios municipales.