Rangel Frías, precandidato alcalde, Primera parte
Sección Editorial
- Por: Adalberto Madero
- 10 Julio 2024, 03:16
La elección municipal del 5 de diciembre de 1948 tuvo, entre otras particularidades: la participación de la mujer para ejercer el derecho al sufragio; el retorno del Partido Acción Nacional como principal fuerza opositora al régimen y la escisión al interior del Partido de la Revolución Mexicana (PRM), al presentar dos precandidatos apoyados por caciques de gran rivalidad regional, esta lucha de intereses dará relevancia histórica a la precampaña, poniendo en evidencia que a pesar de haber renovado su nombre –Partido Revolucionario Institucional (PRI)–, se negaba a dejar participar a las nuevas generaciones y erradicar el tradicional dedazo; veámoslo a continuación.
El 12 de febrero de 1947, durante el régimen del Lic. Miguel Alemán Valdés se publicó en el Diario Oficial de la Federación una reforma al artículo 115 constitucional en el que se concedía a las mujeres el derecho a votar en las elecciones municipales, una medida incompleta por faltar el ámbito federal. Un año después, dicho decreto cobró vigencia en la entidad al participar la mujer en los comicios municipales de 1948.
Después de la experiencia de la elección municipal de 1945, donde Manuel L. Barragán, respaldado por todas las fuerzas de oposición, entre ellas, el Partido Acción Nacional (PAN), fue derrotado fraudulentamente por parte del PRM (ahora PRI), el partido albiazul comenzó a reestructurarse, dentro de sus primeras acciones inició una campaña de empadronamiento.
En junio de 1948, la dirigencia dio los primeros avisos de su participación en la contienda electoral de ese año. El 3 y 4 de julio se llevó a cabo su Convención Municipal, en donde se aprueba su participación en las elecciones municipales, se forman delegaciones del sector femenil y se define el Programa de Gobierno Municipal para el periodo 1949-1951.
Este documento contenía 14 puntos, los que destacan: recuperar para el Ayuntamiento la empresa encargada de los servicios de agua y drenaje, construcción de edificios escolares, transparencia en los fondos de la hacienda municipal, construcción de 10 mercados de barrio, mejorar la limpieza municipal, construir seis nuevas demarcaciones de policía para fortalecer la seguridad, rehabilitar los parques y el alumbrado público, entre otros.
El rescate del municipio era “la condición esencial para lograr la limpieza de la vida pública de México, considerándolo como la raíz misma de la organización política y social de la patria.
El Ayuntamiento debía de ordenar y facilitar el crecimiento y la vida colectiva de quienes nacen, se educan, trabajan, viven y mueren en un mismo lugar, en una misma ciudad”, señaló Antonio L.
Rodríguez, uno de sus principales dirigentes, consideraban que era indispensable que toda la ciudadanía conociera la Ley Electoral para poder defender sus derechos y hacer respetar el ejercicio del sufragio.
El 26 de septiembre, se llevó a cabo la Convención municipal en el Salón Variedades, a la que asistió el Jefe Nacional, Lic. Manuel Gómez Morín; contendieron dos planillas, resultando ganador la que postuló al Dr. José G. Martínez como candidato a la alcaldía de Monterrey. El Dr. Martínez había nacido en esta ciudad, el 5 de diciembre de 1900, tenía el título de Médico Cirujano por la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de México con especialidad en Ginecología, participó activamente en la fundación de la Delegación Monterrey de la Cruz Roja Mexicana, fundó la Sociedad de Ginecología y Obstetricia de Monterrey, formó parte del Sindicato Neoleonés de Médicos Cirujanos y fue socio fundador de Enseñanza e Investigación Superior, AC, que auspició al Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, fue uno de los fundadores de Acción Nacional en Nuevo León y presidente del Comité regional durante la década de 1939 a 1949.
En virtud de que estas serían las primeras elecciones en que participaría las nuevoleonesas, las militantes panistas y sus simpatizantes integraron durante el mes de agosto diversos comités en las colonias más representativas de Monterrey, siendo María R. de Cadena y María Nieves de Carmona, presidenta y secretaria del Sector Femenil, respectivamente.
El 21 de agosto, el PRI publicó la Convocatoria a Elecciones Internas para designar los Ayuntamientos en el Estado de Nuevo León, 1949-1951. Ese mismo día se informó que al interior del PRI existían dos precandidaturas para la alcaldía de Monterrey.
Una era la respaldada por el exgobernador del estado Gral. Bonifacio Salinas Leal, teniendo como precandidato al Lic. Raúl Rangel Frías y la otra por el gobernador Lic. Arturo B. de la Garza, apoyando al Lic. Jesús García González (posteriormente su lugar será ocupado por el Lic. Santos Salinas). Se dijo que éste último contaba con el respaldo de un gran número de simpatizantes, como los grupos cooperativistas y minero metalúrgico.
Sobre su trayectoria se dijo que era “revolucionaria fuera de duda” y muy conocido en los círculos sociales de la ciudad.
Rangel Frías, nació en Monterrey, el 15 de marzo de 1913, inició su carrera de Derecho en Nuevo León para continuarla en la Universidad Nacional de México. En 1938, recibió su título de abogado; regresó a Monterrey como profesor de la Facultad de Derecho y de la Escuela Nocturna de Bachilleres. El rector Dr. Enrique C. Livas lo designó en 1943, jefe del Departamento de Acción Social Universitaria, desde donde inició el gran proyecto para fortalecer a la Universidad.
Sin embargo, estos valores y entusiasmo que desbordaba el joven Raúl, de poco le servirán, en ese momento, para abrirse camino en las redes del poder que habían tejido los caciques regionales, quienes tenían secuestrado al PRI para manejar a su antojo los procesos electorales.
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