Omar García Harfuch le adelantó al gobernador Samuel García su plan federal de seguridad, que ayer hizo público en la conferencia mañanera, y las hienas de redes sociales que nunca faltan (es decir, bots y haters bien pagados) soltaron sus previsibles gruñidos.
Quisieron insinuar que Samuel García no había ido a México con Harfuch, sino a cabildear el asunto de la fiscalía (pese a la foto donde aparecen ambos con el titular de Fuerza Civil de NL, Gerardo Escamilla).
Quisieron denunciar que ni Samuel ni García Harfuch habían explicado abiertamente a la opinión pública en qué consisten los cuatro ejes que conforman el plan de seguridad (atención a las causas de la violencia, consolidación de la Guardia Nacional, investigación e inteligencia de Estado y coordinación del gabinete de seguridad con la FGR), como si no supieran que informar a detalle este tipo de estrategias implicaría poner sobre aviso al crimen organizado.
Quisieron reclamar en redes sociales que entre los estados que priorizarán las fuerzas de seguridad federal, porque están colapsados y ensangrentados por el narcotráfico (Guerrero, Baja California, Guanajuato, Sinaloa, Jalisco y Chihuahua), no se encuentra, afortunadamente, Nuevo León, que, pese a todo, recibirá acentuadamente el apoyo y respaldo de la Guardia Nacional, de la Secretaría de la Defensa y otras instituciones para reducir homicidios dolosos y delitos de alto impacto.
Quisieron alegar que de nada sirve el Centro Nacional de Inteligencia (CNI), ni una nueva subsecretaría de investigación e inteligencia policial, que instrumentará acertadamente García Harfuch, como si no supieran que convertir la inteligencia en información útil es la mejor arma para combatir a los cárteles de la droga.
Quisieron comparar perversamente a Nuevo León con Guanajuato, este último un estado fallido que registra la mayor cantidad de asesinatos y de adiciones en todo México (2,276 de enero a septiembre 2024) y donde la nueva gobernadora, Libia Denise García, carece de la mínima estrategia para responder a esta enorme desafío.
Sería preferible que los detractores y enemigos políticos del gobernador Samuel García y de García Harfuch, solapados en los bots y las fakes news de redes sociales, nos definieran a los nuevoleones de lado de quién están, para tener claro a qué amos y señores sirven.