Ayer fue la elección del secretario general de Morena en Nuevo León. ¿Por qué es importante abordar la elección de Jorge René González, adoptado por el grupo de Clara Luz y Andrés Mijes, generador de consensos y con amplia trayectoria de operación política?
Porque, durante la Sesión Extraordinaria del Consejo Estatal de Morena en nuestro estado, cuya presidenta del comité estatal (hay que subrayarlo) es Anabel Alcocer, se reflejaron movimientos tectónicos partidistas que, hasta ayer, no estaban permanentemente en el foco de atención mediática, tan entregada (un segmento de ésta, debo aclarar) no a informar objetivamente, sino a la guerra de propaganda.
La primera evidencia en la elección del secretario general, que se celebró en el salón de eventos Espacio Fundidora, consiste en que sí es posible, en un ecosistema de intereses tan diversos como el de Morena Nuevo León, llegar a consensos mínimos a partir de piso parejo para todas las fuerzas locales.
¿Por qué lo digo? Porque el quórum legal de 109 consejeros que participaron en esta sesión extraordinaria revela que las dinámicas al interior de Morena local no son precisamente las que cortejan ciertos medios matraqueros, que promueven uno o dos ídolos locales con pies de barro y dejan fueran del radar a los demás perfiles.
La segunda evidencia que destaco estriba en que las cabezas del juego interno, es decir, los verdaderos liderazgos que animarán la presencia de la 4T rumbo al relevo de gobernador en 2027 fueron quienes respaldaron y operaron esta elección de René González, designación que debemos ver como la primera estación partidaria de lo que vendrá muy pronto con el grupo de operación política de tierra. Me refiero concretamente a Clara Luz Flores, Guillermina Alvarado, Paola González, Adriana Quiroz, Perlita Romero, Claudia Tapia, Anylú Bendición, y, desde luego, los alcaldes Andrés Mijes de Escobedo, Manuel Guerra de García, así como Jesús Elizondo y el arquitecto Abel Guerra.
Eso fue lo que consignó el representante de la Comisión Nacional de Elecciones, Arturo Martínez Núñez, secretario de Ciencia, Arte y Cultura del Comité Ejecutivo Nacional.
En esta elección (en la que, inicialmente, además del ganador, participó Roberto Espinoza, promovido por Judith Díaz), se computaron 61 votos a favor contra 48, con lo que Jorge René González Hernández fue electo como nuevo secretario general.
¿El evento de ayer predice parte de lo que vendrá en Morena Nuevo León? Sin duda.
Se consolidan liderazgos y se depuran nombres y rostros tanto a nivel local como en el ámbito nacional.
Porque si, por un lado, están los autopromotores de su protagonismo aún en construcción, los llamados “duros”, por otro lado están quienes han trabajado la base militante y buscan el consenso interno, apegándose a los principios que delimitó muy bien Andrés Mijes, alcalde de Escobedo, en su intervención durante la reciente Cumbre Mundial de Comunicación Política en Miami: “la 4T norteña como creación de prosperidad compartida”.
Estas líneas conceptuales que delineó en su disertación de Florida, Andrés Mijes, cobran mayor dimensión después de que el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, ha dejado explícito que no basta con subirse al barco de Morena para que alguien expíe sus pecados de corrupción y trapacería.
Lo digo por la edil mexiquense Elena Martínez, quien recientemente ganó, a través de Movimiento Ciudadano (MC), la elección para la alcaldía de Amanalco, en el Edomex, y luego creyó que le bastaría con afiliarse “ipso facto” al bando de Morena, apenas se sentara en su despacho, para cubrirse con un manto protector de total impunidad.
Este pasado fin de semana fue detenida, junto con otros funcionarios municipales, como parte de la llamada “Operación Enjambre”, que desplegó en Edomex más de 1,500 elementos militares y policiacos encargados de responder a 14 órdenes de aprehensión contra servidores públicos de ese y otros ayuntamientos. Incluso, el secretario de seguridad municipal evitó su propia detención suicidándose públicamente frente a las autoridades que lo aprehendían. Así que cuidado con los alcaldes recién entrados a la 4T, como estrategia oportunista. Tal parece que García Harfuch no se frena ante semejantes piruetas ideológicas.