¿Qué le festejan a la reforma judicial?

Cómo iniciar el día alegre y positivo después del tremendo impacto que causa la aprobación de la reforma a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. En lo que respecta al Poder Judicial de la Federación, no entiendo de qué se enorgullecen quienes se manifiestan a favor, como si eso fuera algo que vaya a resolver los problemas de la impartición de justicia en México. No me dan mis capacidades para ver qué es lo que festejan, haciendo procesos complicados y que, en realidad, no están hechos para mejorar la procuración y administración de justicia, ni para mejorar la certeza jurídica de quienes vivimos o tenemos negocios en el País. 

En el mejor de los casos, una vez que los aspirantes a funcionarios judiciales cumplan los requisitos —que me parecen bastante laxos; es más complejo reunir los requisitos para ser policía— propondrán algunos miembros de los poderes con influencias y realicen una lista que contenga los nombres de los candidatos; si los conocen o van sugeridos por el partido mayoritario podrás alcanzar una posición de carácter jurisdiccional o con la tómbola. De esa manera, será más serio y respetado un juez de kermés.

En lo que podemos coincidir es que se requiere de cambios tanto en el poder judicial y federal, como en los estados, que es donde pueden estar más presentes los casos de abusos y corrupción que hemos venido padeciendo. Hay tribunales estatales que son dirigidos por políticos que nunca en su vida estuvieron inmersos en la actividad jurisdiccional. Hoy tenemos muchas ciudades con policías que no están ni capacitados ni certificados, eso había que mejorarlo antes. Ellos son, regularmente, los primeros responsables y son los que, con una adecuada actuación, hacen que pueda sostenerse el proceso penal. Además, cuando el juez recibe una carpeta llena de defectos procesales, donde no se cuida el debido proceso, el público lo verá como algo incorrecto o corrupto. 

Desde la presidencia de la república se ordena a los militares dejarse maltratar, desarmar, escupir y vejar por los delincuentes, sin poder responderles utilizando sus herramientas. Algunos podemos interpretar que esto de la reforma es como una facilidad más para los que se dedican a delinquir, ya que reciben abrazos. Desde la presidencia, en lugar de fortalecer a los órganos de justicia se les debilita. De por sí, tenemos la impunidad al 98%, hoy es la única actividad que te permite mayores posibilidades de éxito: logrando ganancias altas con muy pocos riesgos o consecuencias  jurídicas. Lo anterior, es formar parte de la delincuencia. No veo cómo se pretende dar mayor certeza jurídica a los ciudadanos votantes que eligieron a Morena para mejorar el país, no veo que estén cuidando a los pobres. Qué van a decir cuando los nuevos jueces no sepan cómo ordenar la actuación en forma legal y correcta en contra de un  presunto criminal, sin que este goce de todas las facilidades. 

Hoy se habla de que se puede comprar a la policía, a los ministerios públicos y a los jueces, de eso les hace fama nuestro presidente. A los del Poder Judicial Federal también los mete en ese balde mezclador, donde tira todo lo que desprecia y le incomoda. Entiendo que muchos de los que han votado estas iniciativas le son leales al presidente, pero deberían de ser leales a México; lejos de obedecer debieron modificar la propuesta para resolver una de los grandes anhelos de la población: tener justicia. Pero para los justiciables lo mismo da que sean jueces de la modalidad antigua o posteriores a la reforma, en ambos casos no dejarán a la clientela contenta, alguna de las partes siempre queda molesta con el actuar de los jueces. El hecho de que lo elijan como dice la reforma o al tin marín dará exactamente lo mismo, con la enorme diferencia de que las nuevas generaciones de jueces carecerán de lo más elemental para una labor jurisdiccional, como es la independencia. Por otro lado, estarán expuestos a corrupción y, sin duda, caerán en la tentación de dar empleo a sus cercanos o familiares. 

En muy pocos años estaremos quejándonos de lo mismo, pero ya sin poder reclamar a los gobiernos por violentar los derechos fundamentales de los ciudadanos. Qué cosas en el mes que festejábamos la Independencia de México, ahora recordaremos la pérdida de la independencia del Poder Judicial Federal.

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