Opinión

¿Qué hacer en Nuevo León si el TMEC se pone en riesgo en 2026?

Sección Editorial

  • Por: Eloy Garza
  • 10 Enero 2025, 01:01

En julio de 2025, el TMEC cumplirá 5 años de su entrada en vigor y desde su implementación en 2020, el T-MEC ha beneficiado exponencialmente a Nuevo León. 

En términos generales, hemos rebasado todas las expectativas y cualquier augurio esperanzador. De ahí que muchos seamos fans y seguidores críticos del TMEC y de las relaciones comerciales con nuestro vecino del Norte. Somos “glocales”: con un pie en la economía local y otro pie en la geopolítica regional. 

Y si México es el principal socio comercial de EUA, Nuevo León es uno de los principales detonadores comerciales de México. Una cosa conlleva la otra. 

En 2025, según mis cálculos, la inversión en plantas manufactureras en Nuevo León alcanzará los $20,000 millones de dólares, básicamente en sectores como la automotriz y la electrónica. 

Además, el TMEC ha permitido pie a Nuevo León para atraer en este 2025 más de 200 nuevas empresas que buscan reducir costos de producción mediante la relocalización de procesos, ensanchando la cadena de valor regional hasta un 82%.

Este tratado, tan zarandeado ahora por el próximo presidente de EUA, Donald Trump, también nos facilita un crecimiento del comercio exterior, que pasó del 30% al 85% del PIB mexicano en tres décadas. 

¿Qué pronóstico para Nuevo León en términos comerciales? Un incremento del PIB estatal de aproximadamente 1.5% gracias a la integración comercial. La tasa de desempleo se redujo al 2% en 2024, con una población ocupada de 2.93 millones de personas. 

Lo anterior pinta de maravilla, siempre y cuando se mantenga intacto el artículo 34.7 del TMEC, especialmente la cláusula que nos obliga a revisar el progreso del tratado seis años después de su entrada en vigor. Lo he leído una y otra vez y me hacen mucho ruido las siguientes líneas: “La Comisión se reunirá para realizar una revisión conjunta del funcionamiento de este tratado, revisar cualquier recomendación para tomar medidas y decidir sobre cualquier medida apropiada”. 

Es decir, los nuevoleoneses tenemos que estar preparados para 2026, de cara al Mundial de fútbol y a nuestra interacción comercial con la principal potencia mundial, porque hay una cláusula que puede tumbar el tejado que nos cubre regionalmente. 

¿Y los focos rojos? Se han encendido con los mensajes tóxicos y beligerantes de Trump. Ha amenazado con ponerle al tratado una cláusula de caducidad (la llamada “sunset clause”) que implica retroceder en todas las preferencias o beneficios aportados por el TMEC. Es decir, un tiro en el pie, cortesía de la próxima administración Trump. 

Este ciclo político, que supone que el tratado estuvo mal negociado y, por ende, EUA tiene que salirse de esa madriguera, pone cuesta arriba las negociaciones del tratado y la posición estratégica de Nuevo León. 

¿Qué hacer? Que las principales cámaras empresariales de Nuevo León, así como las instituciones académicas como el ITESM, la UANL y la UDEM, convoquen a mesas de análisis prospectivo. No tenemos de otra. El eje rector lo debe llevar el gobierno del Estado, que tiene que estar alejado de contingencias electorales y tensiones entre partidos en pugna, que alimentan artificialmente la desgobernabilidad. 

En esta ocasión, tenemos que ser disruptivos: cohesionarnos como estado productivo y emprendedor, dejar atrás la polémica intestina de confrontación con los típicos y ya disfuncionales agitadores asalariados, sus reventadores a sueldo de la paz pública y sus políticos de medio pelo que priorizan el espectáculo sobre el análisis de fondo y el desmantelamiento de puentes de conciliación entre los diversos grupos de interés local. 

Altura de miras y más conocimiento sumado de rubros como aprender a aplicar las reglas de la Organización Mundial de Comercio (OMC), los aspectos técnicos que muchos empresarios desconocen, y cómo volver resilientes las cadenas de suministro, y operar a favor nuestro las novedades de la inteligencia artificial. 

El desafío es mayúsculo para Nuevo León y no veo que el Poder Legislativo local (salvo honrosas excepciones morales), pongan manos a la obra. ¡Que se vayan si no pueden con la carga y la responsabilidad histórica!

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