El estrés hídrico que ha padecido el área metropolitana de Monterrey en los últimos 40 años demanda proyectos alternativos para incrementar el almacenamiento del vital líquido y asegurar el suministro en los próximos 50 años. En este sentido, toda propuesta será bien recibida, siempre y cuando no se convierta en un calvario financiero para las arcas estatales, como parece serlo el Proyecto de Agua Regenerada o de Reúso Potable Indirecto (RPI) y su financiamiento. Veámoslo a continuación:
El Consejo de Administración de Agua y Drenaje realizó una sesión extraordinaria el 27 de noviembre del año pasado con la finalidad de obtener la autorización para llevar a cabo el RPI, el cual consiste en hacer consumible el agua tratada para incorporarla a la red potable del área metropolitana. Sin embargo, como se financiará por medio de arrendamiento a 20 años, los costos se dispararán de una manera estrepitosa. Aquí, el desglose:
1. Proyecto: $6,406 millones de pesos (mdp).
2. IVA: $1,148 mdp.
3. Contribución y liberación de derecho de vía: $883 mdp.
4. Arrendamiento: de $12,440 mdp a $27,784 mdp.
Al explicar el punto tercero del orden del día, llama la atención este argumento “…se estima un pago anual por la infraestructura hidráulica del Proyecto RPI de $1,765 mdp”. Financiado a 20 años, da un total de $35,340 mdp. ¡Sí, como se lee! Pretenden dejar esta mega deuda. Para suavizarla, en el acuerdo primero se propuso —y fue aprobado por unanimidad— un costo de $20,000 mdp para esta obra. Inmediatamente después hicieron esta aclaración: “En caso de que la administración, junto con el comité de vigilancia, determine, después del análisis de las propuestas, que es necesario aumentar dicho monto total, esta determinación deberá ser llevada inmediatamente al Consejo para su análisis y, en su caso, aprobación…”; Supongo que esta última cifra se manejó para suavizar el monto escandaloso.
Ahora bien, el representante del Congreso del Estado en el referido Consejo de Administración, el diputado priista Javier Caballero Gaona, quien en su momento se rasgó las vestiduras al denunciar públicamente el abultado costo del proyecto, a la hora de votarlo prefirió ausentarse, en lugar de votar en contra, como era de esperarse. A pesar de que los legisladores del PRI y el PAN están distanciados del ejecutivo estatal, el representante tricolor exhibió su incongruencia. ¡Imagínense si estuvieran en armonía!
Hay que decirlo claramente: con el RPI, a los nuevoleoneses nos va a salir más caro el caldo que las albóndigas. No se vale que, en aras de un proyecto impostergable como el abasto de agua potable, los políticos se aprovechen para hacer su agosto.
Un gobierno humanista se preocuparía por resolver las obras prioritarias sin hipotecar a las siguientes generaciones con una mega deuda. Pero, como este gobierno está bajo el símbolo del Instagram, solamente le interesa anunciar proyectos que lo vistan de héroe, sin medir las graves consecuencias.
En conclusión, el gobierno debe actuar con responsabilidad para asegurar el suministro del vital líquido, pensando en todo momento en los intereses de lo único importante: la gente.