¿Cuántas veces dijiste o leíste la frase “Próspero año nuevo” en las últimas semanas?
Pues ya estamos aquí, en la puerta de entrada del 2025, y todos los deseos son que sea un año “próspero”. Según la Real Academia Española, el significado de esta palabra es: Dicho de una cosa: favorable, propicia, venturosa. Dicho de una persona o de una cosa: que tiene éxito económico.
Siento que arrancar el año con este propósito de éxito inmediato es poco realista; incluso presiona la idea de que el año nuevo debe o tiene que ser de éxitos en cualquier sentido. Claro que todos deseamos lo mejor, pero no siempre la vida es así. Nos enfermamos, perdemos seres queridos, cerramos ciclos, crecemos, cambiamos, y todo esto es parte de la maravillosa vida. Y todo eso es real y nos hace crecer como personas.
Si siempre estuviéramos en modo éxito, no valoraríamos tanto la vida. Es por eso que yo no te quiero desear un año próspero; más bien, un año abundante en otros sentidos. Un año al que le demos la bienvenida en calma, con paz en el corazón, entrando por su puerta despacio y sin prisa. Creo que así podemos irnos acomodando en este nuevo año, observando más, escuchando más, para poder aprovechar todo lo que tiene para nosotros. Buscando nuestro lugar, donde nos toca estar.
Yo creo que la verdadera abundancia no está en el dinero o en los éxitos profesionales solamente; creo que tener éxito y abundancia en nuestra vida está más bien relacionado con vivir en armonía, tener personas que amamos cerca, ver la necesidad de los demás y encontrar un propósito en mi vida. El profesor de Harvard y autor del libro Happier, Tal Ben Shahar, propone un modelo para el bienestar integral de la persona; este modelo se llama SPIRE.
El modelo de SPIRE es un enfoque que atiende cinco aspectos importantes para una vida más plena y feliz. Te lo presento a continuación; yo desde ahí estoy planeando los propósitos de mi año 2025:
Bienestar Espiritual (Spiritual): la vida espiritual hace referencia a la importancia de encontrar un propósito y un significado en la vida. Para ello, es importante practicar herramientas que nos hagan conectar con experiencias que nos ayuden a identificar lo significativo y los valores más importantes.
El bienestar físico (Physical): Tal como afirma Shahar: “El estrés no es el problema, la falta de recuperación después de estresarse sí lo es”. Para ello, sugiere tomar tres tipos de descanso: los descansos micro, de minutos u horas, en los que sugiere caminar, bailar o ir al gimnasio; el descanso mezzo, que consiste en descansar durante la noche o varios días; y el descanso macro, cuando se toman vacaciones de semanas o meses.
El bienestar intelectual (Intellectual): sugiere leer textos, alimentar la curiosidad, visitar museos o lugares interesantes, realizar nuevas actividades. Por otro lado, el bienestar relacional (Relational): es el tiempo que se comparte con las personas que son importantes. También incluye la relación consigo mismo. Por último, está el bienestar emocional (Emotional): para practicarlo, se deben cultivar relaciones placenteras como la serenidad, el gozo y la gratitud, aceptando las emociones dolorosas como parte del ser humano.
Desde esta perspectiva, podemos hacer una lista de aquellos propósitos o actividades que necesito tener en mi vida durante este año para encontrar la prosperidad desde mi bienestar integral, para así poder compartirme con los demás desde un lugar más positivo y en armonía. Vale la pena invertir tiempo y esfuerzo en nosotros mismos para vivir un año pleno y en constante aprendizaje.
Te deseo un año lleno de aprendizajes, calma y buenos momentos. Gracias por leerme.
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Dra. Marysol Flores Martínez
Conferencista . Autora . Consultora .
Dra en Liderazgo y Desarrollo Humano
Maestría en Psicología Neuroeducativa
Catedrática del Tec de Monterrey
Podcast Youtube: FamiliaViva
Fundadora de @familiaviva.mx