Oh, magisterio del alma, que una vez fuiste “consentido” por la sociedad mexicana, ¿dónde estás cuando eres lastimado?
Los jubilados del magisterio estatal local fueron burlados por “enésima vez” al presentar la renuncia de Luis Gerardo Gómez Guzmán a la dirección del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales en Nuevo León, ISSSTELEÓN, al reconocer la diferencia salarial que, por ley lisa y llana, le correspondía al personal jubilado desde el 1 de enero del 2024. Es más, ya se había acordado el pago con efectos retroactivos.
El grupo de trabajadores de la educación pensionados y jubilados, adheridos a la sección 50 del SNTE, ha estado pasando por una apoteosis sin precedente alguno. Trasciende que el gobierno del nuevo Nuevo León no quiere hacer válido el incremento salarial a su pensión, ganada por justo Derecho. ¿Razones? Total y absolutamente desconocidas. Es inaudito este caso. Todos los que una vez servimos a la administración pública sabemos perfectamente bien que, cuando “renuncias” a un puesto de cierto nivel, significa que te hicieron renunciar. Así de simple y sencillo.
Las pensiones del magisterio estatal en cuestión se derivan de compañeros que cumplieron con lo establecido por la ley vigente hasta 1993 del siglo anterior. Es decir, ingresaron a trabajar con antelación a esa fecha; el régimen de pensiones era muy diferente al actual. Éste es llamado régimen de “aportaciones para la jubilación”. En otras palabras, son maestros que pertenecen a la “ley vieja”, por así decirlo. La pensión de este sector educativo está topada a cierta cantidad determinada; esto es, varía de acuerdo con la cantidad que percibían cuando estaban activos. En el mismo contexto, en aquellos tiempos se le denominó jubilación dinámica. ¿Dinámica? Así es, en efecto; ellos reciben un incremento anual a su ya raquítica pensión correspondiente a la inflación del año anterior.
El grupo de mentores luchadores por sus válidos intereses ha ido “de la Ceca a la Meca”. Se ha manifestado en varias ocasiones, ha sido recibido por autoridades gubernamentales, y, al final de su peregrinaje, y lo que parecía ser con elementos comprobatorios, convencen a los funcionarios del ISSSTELEÓN de la razón de su lucha. El director del Instituto ya citado “renuncia”. ¿Casualidad? Ésta no existe. Las que sí existen son las causalidades.
En esta humilde opinión, consideramos que el momento de unidad con los jubilados y pensionados de la sección 50 del SNTE ha llegado. Algo semejante sucederá con los docentes que están empezando a jubilarse en el sector federal, toda vez que la presidenta Sheinbaum no ha querido ajustar su reforma a la ley del ISSSTE de tal manera que la docencia se jubile DIGNAMENTE.
Trascendentales acciones estarán pensando en ejecutar los pensionados y jubilados de Nuevo León. Merecen, aparte de respeto por ser seres humanos que ya ofrendaron su productividad a favor del Estado, entonces, justicia social, pensión digna y, sobre todo, trato preferencial por tratarse de personalidades de la tercera y cuarta edad. ¿O uste qué opina? La verdad como es, se tenía que decir y se dijo. Hasta la próxima.