Potencias quieren influir ante efectos colaterales del conflicto Israel-Hamás
Columna Invitada
Israel inició su incursión al territorio de Gaza a partir del 27 de octubre para ir contra los miembros de Hamás. Las potencias han reaccionado e incrementado su presencia en la región. EUA ya había posicionado buques militares y apoyo aéreo antes de dicha incursión.
Recientemente, China también realizó un despliegue de seis buques de guerra en la región del Medio Oriente, argumentando un recorrido de rutina y no precisamente por el conflicto, según sus fuentes oficiales.
Por otra parte, Rusia recibió una delegación de Hamás, con el supuesto objetivo de iniciar negociaciones para la liberación de rehenes en Gaza, que incluye a ciudadanos rusos.
Adicional al daño a civiles israelitas y palestinos, el conflicto ya ha también dañado las perspectivas de inversión, turísticas, y económicas de Israel, además de elevar sus costos para provisión de energéticos, y analistas estiman que dichos efectos colaterales también repercuten en Jordania, Egipto, Líbano, y Siria.
Mi análisis y prospectiva: A nivel global es conocida y ha sido notable la cercana relación y alianza militar que el gobierno de EUA mantiene con Israel. Es además un tema que cuenta con el apoyo de la mayoría de la clase política y de la sociedad en general de ese país. No debe sorprender su directo y significativo involucramiento en el conflicto, el cual obedece no sólo a su relación bilateral histórica, sino también a posibles complicaciones militares, económicas, sociales y de seguridad, derivadas del conflicto.
El reciente involucramiento de China, y además Rusia a toda proporción guardada, pretende asegurarse no sólo de cuidar las mismas complicaciones para sus países, sino de también afianzar y posicionar su opinión y mediación en el conflicto. Es decir, China y Rusia, que también tienen relación diplomática y comercial con Israel y con los países árabes de la región, quieren ser parte de las decisiones y no quieren ser sorprendidos por alguna acción que EUA implemente de forma unilateral, sin al menos avisarles.
La ponderación de China como potencial mediador, al tener buques de guerra en la región, y por su integración comercial con EUA, Israel, y los países de la región, lo convierte en un actor que conviene integrar a las decisiones y posibles soluciones.
Para el caso de Rusia, a través de su involucramiento como mediador de rehenes, pretende posicionarse como intermediario de las negociaciones. Al momento no es equiparable con la relevancia de China, pero puede asegurar su opinión, e incidir hasta cierto punto, o inclusive, presionar a través de su control sobre la provisión de energéticos.
Por otra parte, el conflicto entre Rusia y Ucrania complica la comunicación de EUA con Rusia, mas es de esperar que China pueda encargarse de asumirlo. Si se logra una coordinación, el reto de estos países está en diferenciar Hamás y palestinos. Es decir, ir en contra de las acciones del grupo Hamás que está a la cabeza del gobierno en Gaza, no implica ir en contra de los civiles palestinos, a quienes el gobierno de Israel ha procurado alertar sobre su ofensiva contra líderes de Hamás, con el objetivo de que se retiren de la zona de conflicto y evitar sufrir los ataques.
Si al menos el gobierno de los EUA y de China se concentran ambos en enfatizar dicha distinción, como parte de su objetivo de mediación y defensa de civiles, se podrá lograr un mayor enfoque en Hamás y así reducir la posibilidad del encono de ciudadanos y países árabes de la región –salvo de quienes apoyan a Hamás–. Esto a su vez ayudaría a evitar un potencial escalamiento del conflicto fuera de la zona y derivar en afectaciones mayores a la seguridad y economía global.