¿Estuvo bien que Samuel García y Mariana llevaran a Mariel al Informe de Gobierno?
Sin Censura
Samuel García presentó su tercer informe de gobierno y resaltó sus logros, sobre todo en materia de movilidad y bienestar social. Fue un buen recuento de resultados, incluyendo disculpas a quienes pudieran sentirse aludidos en su gestión, tan franca y directa, y a veces poco sutil en las maniobras con los opositores.
Fue una hora de mensaje que se fue como agua porque, pese a que sus adversarios no lo reconozcan, Samuel es un excelente comunicador, con peculiaridades controvertidas que no le aportan más que picante a sus aportaciones. A ellos, a sus adversarios, les dedicó líneas generosas como las siguientes: “Acepto muy humilde que ha habido errores y que tenemos que sacar adelante el Estado por encima de intereses individuales".
El Showcenter Complex recibió bien este acto que, si bien no es de contrición (su adversidad se las gasta al calumniar y ofender al Ejecutivo Estatal), sí representa una tregua sincera. "Les pido que cerremos filas” pidió Samuel García a los Chefos y los Gracias. “Estamos trabajando para Nuevo León y lo que se les ofrezca para sus municipios". Luego extendió su mano a los diputados locales, que en general son unos ignorantes marca diablo. No conocen la “o” por lo redondo.
"También mando mensaje a los diputados locales: Nuevo León nos pide a gritos que haya reconciliación, que salga el presupuesto (…) dejemos a un lado rencillas, pleitos banales, y que, si ponemos como fin último a Nuevo León, no habrá ley o presupuesto que no se resuelva con altura de miras y mucho diálogo".
Así, pulveriza Samuel un encono mutuo que ya pasaba los dos años sin posibilidad de llegar a acuerdos. Y entonces se desprendió Samuel de temas torales y evidentes como la movilidad del Área Metropolitana de Monterrey. Se están construyendo 3 líneas del Metro y habrá 2 mil 500 camiones nuevos. Además, señaló que estamos muy cerca de declarar cero por ciento en el estado la extrema pobreza.
Dicho de otro modo, vamos bien. Es más, vamos muy bien. "Juntos hay que tener cero por ciento de pobreza extrema en Nuevo León en los siguientes tres años".
Sin embargo, lo que más llamó más la atención del evento fue un accidente que no pasó a mayores de la hija de Samuel y Mariana, la hermosísima niña Mariel. Como todos los demás niños y niñas, Mariel derrocha encanto, y uno no puede menos que amar a esa niña por su simpatía y carisma.
Mariel se metió jugando debajo del escenario y eso levantó cierto susto, primero a su mamá y luego a todos los presentes de buen corazón. Ya se inició un debate banal de si debieron o no los papás llevarla a un evento de “gente mayor”.
Claro que debieron llevarla. Eso humaniza cualquier solemnidad protocolaria y nos vuelve más humanos. Los gobernantes son personas de carne y hueso. Ni más ni menos. El que diga o piense lo contrario es un deshumanizado.
Al mismo tiempo que Samuel presentaba su informe, en el Autódromo Hermanos Rodríguez, la familia de Sergio “Checo” Pérez (que no le fue nada bien en este circuito) asistió en compañía de sus hijos. Igual pasó con la familia de Max Verstappen, quien asistió con su pareja Kelly Piquet y la hija de Kelly, cuyo padre, por cierto, es el piloto ruso Daniel Kbyat (uno de mis ídolos de la F1).
Dicho de otro modo, es muy comprensible que los papás lleven a sus hijos a eventos importantes para sus trayectorias profesionales. Hizo bien Samuel y Mariana en no quedarse a la comida posterior para llevar a revisar a su hermosa hijita, y hacemos bien los demás nuevoleoneses en no criticar a dos padres que atienden a su hija y se entregan en cuerpo y alma a priorizar a sus críos por encima de cualquier eventualidad y acto político. Esa niña hermosísima llamada Mariel es toda una crack. Le deseamos lo mejor para su vida como adulta. Se lo merece, como todos los niños y niñas del mundo. Para eso trabajamos todos, incluyendo sus papás, para darles un futuro mejor que el que vivimos los adultos.