En el principio Dios creó los cielos y la tierra, pero conforme avanzó en su creación, también iba creciendo la figura del antagónico de la historia, Satanás.
¿Dios pudo haber evitado que Satanás creciera en su poder? Estoy seguro que sí, pero la realidad es que no sucedió así porque Dios no lo quiso, porque tal vez entendió que necesitaba de un antagónico en este juego llamado vida del ser humano.
Tengo total seguridad que la vida del pueblo judío no sería la misma sin sus primos hermanos árabes, ni Estados Unidos tendría la fuerza de hoy sino hubiera existido la Unión Soviética.
O… ¿se imaginan a Supermán sin su archienemigo Lex Luthor?, los Avengers sin Thanos, Rocky sin Drago, David sin Goliat, Don Cangrejo sin Plankton, los Pitufos sin Gargamel, la Coca Cola sin la Pepsi, José Ramón Fernández sin el América… ¡no! Dios nos libre de un mundo real o virtual sin antagónicos.
En nuestra bendita zona metropolitana de Monterrey existen dos opuestos, dos rivales, dos enemigos, dos antagónicos: Rayados y Tigres.
¿Qué sería de Rayados sin Tigres? ¿Qué sería de Tigres sin Rayados? Para empezar, el aburrimiento predominaría, seríamos una plaza futbolera tipo Puebla, como San Luis Potosí, o como León, en el más positivo de los casos; con escasa pasión, sin ese jaloneo constante propio de dos vecinos que quieren ser mejor que el de al lado, y que si uno construye un segundo piso el otro construye el tercero, y si uno compra un coche, el otro se compra dos.
Tírense lo que quieran: “Yo te mandé a Segunda, “Yo te gané la Final en tu casa, “Yo te gané la que más brilla, “Yo soy el más Campeón de Nuevo León”, bien, perfecto, es parte de nuestra cultura regia, pero Tigres que no deje de reconocer que necesita a los Rayados, así como los Rayados necesitan a los Tigres.
Gracias Dios por Rayados, gracias por los Tigres, gracias por las empresas que están detrás de estos dos equipos, gracias por el futbol, gracias por el Clásico Regio, y bendita y bienvenida sea siempre la competencia sana y deportiva.
Clásico Regiomontano 140, que gane el mejor en este duelo de antagónicos que iniciaron con el de… ¡Dios y satanás!
¡Aunque arda!