Vaya que el tiempo pasa: ahora me ves y ahora no me ves; sería el sarcasmo más terrible que podemos expresar antes de advertir que estamos a 132 días de la elección para estrenar diputados, alcaldes, senadores y presidente de México.
¿Caerán paradigmas, y veremos a los derrotados diciendo… por qué no me fui de viaje y no perdí el dinero, el tiempo y la salud; veremos a los ganadores, felices construyendo el futuro?
Porque bien que saben que solamente hay dos caminos, con la excepción curiosa del Senado: ganar o perder. Recordemos que en la Cámara alta, se puede perder y colarse en la primera minoría.
Claro está que lo más cómodo es ser plurinominal. Y más en lo federal, cuando los elegidos por los dioses de cada partido sean predeterminados para ocupar un sitio en el Olimpo.
Todos los demás, a tierra desde el 1 de marzo y hasta el 29 de mayo, cuando hagan corte para llegar al 2 de junio y que juguemos, los ciudadanos, a la democracia.
Ya decía Charles Bukowski que “la diferencia entre una democracia y una dictadura consiste en que en la democracia puedes votar antes de obedecer las órdenes”.
En fin, luego del sarcasmo, pongámonos serios y disfrutemos de las intercampañas, donde todo vale, todo es ficción, hacer de todo, menos pedir el voto. ¿Quiénes? Los que sean exhibidos por sus partidos en su momento validados por el INE, en lo federal y en el plano estatal, por las autoridades electorales del ramo, en cada estado.
Y en eso andamos por estos días, Fuerza y Corazón por México y Sigamos Haciendo Historia, mientras que a la zaga, un par de zapatos tenis “fosfo fosfo”. Un MC que determinó que un exenamorado del PRI, Jorge Álvarez Máynez, sea su abanderado (apenas hace unos cuantos años decía que el PRI era lo mejor del mundo mundial).
Pero esa es otra historia, porque estamos en pleno ajuste, entre traiciones y fuego cruzado.
Ni modo que ignoremos casos muy vigentes como Óscar Almaraz, un Balú Azul, que ahí se promueve con la certeza de que ganará el proceso, y que todos en la capital olvidarán que dejó colgado al PRI, al primer soplido, para ponerse la botarga del PAN.
O Magda, o el caso más reciente que nos enteramos. Que luego de que fracasó su coqueteo con Morena, Feliz García “El Moyo” se registró finalmente por el PAN para buscar ser diputado federal.
“Ojitos” que hizo con “gentes” cercanas a Claudia, es lo que se dice en la CDMX. Pero bueno, así es la vida, se “patraseó” cuando le cantaron la de “tú eres mi mamita rica y apretadita”.
Ya comenzó la registradera azul, tricolor, guinda y la verdad sobre los tigres de cada partido. Así es y de esquina a esquina, Chucho Nader ya está apuntado desde México por el distrito 8 federal…
Y que cierren las puertas.