Eugenio Hernández Flores, el candidato del PVEM al Senado de la República, lo ha dicho a los medios que le han entrevistado. Está en paz con quienes le encarcelaron indebidamente; un libelo judicial del que tomaron parte principalmente tres personajes. El exgobernador Egidio Torre Cantú, en lo que fue una asquerosa traición a la amistad.
El rey del prevaricato Morelos, Jaime Canseco Gómez, y el operador directo de esta perversa trifecta, el exgobernador Francisco Garcia Cabeza de Vaca, por cierto, su tocayo por lo de Javier.
Y aquí la disyuntiva, “to forgive or not to forgive”... si nos basamos en el territorio de la nueva religión de Occidente; es decir, el estoicismo, tengo aún mis dudas; sin embargo, en lo que le damos absoluta razón es que los frentes abiertos que tiene CDV son de sabores y colores, que solamente Dios sabe cuál será su destino.
Si se trata de revisar en todo a Hernández, su apellido, uno de los significados es “aquel valiente que consigue la paz”, y, sin embargo, perdonar es un asunto que demanda paz y en la política ese es un canino (con “n”) muchas veces imposible.
El punto es que Eugenio ha comenzado una batalla siguiendo las reglas establecidas. Ser parte de un combo con el Movimiento de Regeneración Nacional, del Partido del Trabajo, signado –siglado– para que no se me enojen, con el Partido Verde Ecologista.
Obviamente el partido que encabeza el esfuerzo es Morena con Olga Sosa y JR, mientras que él de manera separada va por el Verde, y Cendy Robles por el PT.
Un asunto que hemos explicado busca la supremacía en el Senado de México, pero igual en la Cámara de Diputados federal; es decir, en el Congreso de la Unión, porque como los vivos sabemos, quien controla este territorio legislativo es el real dueño de México.
Por cierto, en dos datos que les pasamos al costo, a invitación de Mario López acudimos a Matamoros, sede del distrito 4 donde va por esta diputación federal y donde se hizo acompañar de la candidata a senadora de Morena Olga Sosa con una agenda verdaderamente rentable, en domingo; amén de las reuniones privadas, yo destaco la visita al mercado Treviño Zapata y al llamado Tianguis de la Avenida “Del Güerco” hasta donde se dan cita miles de ciudadanos de todas las colonias populares.
Mientras que la panista Leticia Salazar busca ser la bujía azul por la presidencia municipal y aún no sabemos quién es su adversario guinda, nadie entendió por qué al priista Pedro Luis Coronado lo mandaron a la banca, cuando era uno de sus firmes y populares postores.
En fin, vamos a ver que el territorio de Mi Matamoros Querido está en acomodo, con un líder como Mario López donde hay garantía de más de 100,000 votos.
De lo demás, como comenté al principio, el caso Eugenio es de perdón, paros jamás de olvido, porque su lenguaje corporal tiene otros datos.
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