Opinión

Perdimos, compadre

Sección Editorial

  • Por: Félix Cortés Camarillo
  • 04 Junio 2024, 01:42

Dice la saga mexicana que cuando en 1958 Gilberto Flores Muñoz fue descartado de la última lista de aspirantes a la sucesión presidencial, así él hubiera sido el puntero de las preferencias populares, el presidente Ruíz Cortínez le espetó un sentimental “perdimos, compadre”. Y un abrazo.

Esta columna puede ser objeto de muchos vilipendios y descalificaciones. Entre ellos no cabe la hipocresía. Voy con mi hacha.

Ayer por la mañana, nosotros, los opositores firmes del Cuatrote no tuvimos manos ni dedos para apuntar las placas del camión enorme que pasó por encima de nosotros, de México entero. 

Todas las interpretaciones convenencieras de las más convenencieras encuestas fracasaron. 

Precisamente cuando en mi casilla las filas eran largas y yo pensé que íbamos en el mismo sendero. Perdimos, compadre.

Lo que es, es.

Claudia Sheinbaum será, en un par de meses, la primera mujer presidenta de México.

Todos los mexicanos bien nacidos tenemos la obligación de reconocer este hecho incontrovertible, y desearle a la nueva titular del Ejecutivo federal que le vaya bien. Si le va bien a la presidenta, le va bien a México.

Ahora, vamos por partes, ya que el maestro del espagueti western Sergio Leone nos enseñó que en toda entidad hay algo bueno, algo malo y algo feo.

Lo bueno.

Pese a las zancadillas desde el Palacio Nacional, el INE armó, puso en operación y llevó a buen término lo que tenía que hacer;  la mayoría de las casillas de votación en un país estremecido por el miedo, y con muy restringidos recursos humanos, justamente por los temores extendidos. 

No hubo en el proceso de votación incidentes mayores. Vamos, hubo más asesinatos de políticos la semana anterior que el domingo. Sin embargo, el ejercicio de este 2 de junio ha sido una muestra ejemplar de comportamiento ciudadano democrático por todos lados. Eso, para la señora Sheinbaum, por si en su segundo piso del Cuatrote está destruir al INE.

Lo malo.

En lo macro, las insuficiencias de boletas en las casillas “especiales”, para los pata de perro que andaban fuera de base –en territorio nacional et urbi et orbi– causó mucho deterioro a la imagen de país moderno y democrático que Lopitos quiso presumir dentro y fuera del país.

Lo feo.

La secuela de incredulidad, de unos y otros, sobre los procesos. No hay confianza de los actores políticos de este país precisamente hacia los actores políticos de este país. La ausencia de una vocación para acabar con la catalización y la polaridad, en busca de la unidad. Cualquiera que sea el proyecto de poder que tenga Claudia Sheinbaum, está condenado al fracaso si no se basa en la reconciliación y la unidad nacional.

Los que tengan alguna duda de la verdad de este principio, pregúntenle a los españoles.

felixcortescama@gmail.com

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