Opinión

¿Para qué se juntaron los diputados locales opositores con el gobernador Samuel García?

Sección Editorial

  • Por: Eloy Garza
  • 24 Octubre 2024, 00:14

El gobernador Samuel García finalmente desayunó con los diputados locales opositores, y cada bando palomeó un propósito de su propia agenda. Pasaron dos años de estira y afloja para volver a sentarse y fumar la pipa de la paz. 

Se concreta así el cabildeo del coordinador de la bancada de Movimiento Ciudadano, Miguel Flores, como lo comenté en el artículo pasado. Y el mérito no es menor. 

¿Qué los juntó? Varios factores. Uno de ellos es el presupuesto pendiente para 2025. 

Si bien es cierto que no hay diputado local ni alcalde que coma lumbre, si se comen todos los recursos públicos, tanto para fines lícitos como para ilícitos (muchos diputados locales y casi todos los alcaldes no conocen la diferencia). 

De paso, nuestros heroicos diputados prianistas pusieron sobre la mesa un proyecto de reforma del Artículo 14 de la Ley de Coordinación Hacendaria, con el fin de incrementar (hay quienes le llaman a esto “agandallarse”) todas las participaciones destinadas a los municipios que ganaron en la pasada elección (o sea, el botín para los alcaldes), del 20 al 30%. 

Es decir, quieren captar algo así como $57,000,198 millones de pesos entre fondos, incentivos e impuestos. Mis objeciones sobre este incremento del 10% las formularé en el próximo artículo. 

Se hace evidente que, para sentarse con los prianistas en Nuevo León, “no hay almuerzo gratis”, como decía el economista Milton Friedman: “There ain’t no such thing as a free lunch” (“no hay tal cosa como un almuerzo gratis”). Aunque en este caso particular, no se trató de un almuerzo, sino de un desayuno.  

Eso sin contar con la exigencia de que el gobierno del Estado publique en el Periódico Oficial los decretos pendientes (faltan la mitad, según la priista Lorena de la Garza, presidenta del Poder Legislativo local), entre los que está el nombramiento de los fiscales y la auditoría superior. 

Una y otra vez, Javier Navarro Velasco, el secretario de Gobierno, ha explicado por qué no se ha llegado a acuerdos legales en este tema de las publicaciones, pero a veces la necedad prianista puede más que cualquier negociación sensata. O, como decían las abuelas: “puede más un carbonero negando que Santo Tomás probando”. 

Lo cierto es que, como señala el gobernador Samuel García, se ha acordado una tregua para que, en los próximos dos años, los bandos en pugna dejen de enfrascarse en conflictos estériles y baje la intensidad de la metralla política. 

Los muy ufanos y orondos diputados locales se apersonarán con el tesorero del Estado, Carlos Garza, el próximo martes 29 de octubre, para continuar con los acuerdos financieros que tantos desvelos les provocan a la jauría legislativa. 

No haré spoiler de esta tediosa película de legisladores y alcaldes convenencieros, que exigen incrementos de partida sin etiquetar y sin presentar el mínimo estudio econométrico, pero parece que ya se ve luz al final del túnel. 

Y, como también sugirió Milton Friedman, démosles a los diputados locales el beneficio de la duda y no los juzguemos más por sus intenciones, sino por sus resultados. Ya veremos.

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