Ya estamos prácticamente a nada de que sepamos las listas completas de los candidatos y solamente queremos un asunto. Que nada pase de la diatriba, del contraste de ideas, e incluso de los insultos y libelos, que, por cierto, deberían ser sancionados severamente por las autoridades.
¿A qué me refiero? Que, como hemos leído, en otras latitudes ya se han registrado pérdidas humanas, no solamente de aspirantes, sino de personas que están en el entorno de los procesos electorales, donde resaltan zonas de verdadero terror como Veracruz o Guerrero.
En los casos más visibles está el hecho de que las mismas candidatas a la Presidencia de México, tanto Claudia Sheinbaum como Xóchitl Gálvez, han pedido protección desde las precampañas.
Podemos descalificar los informes de agencias extranjeras; sin embargo, desde mi punto de vista, es preferible que las autoridades cumplan con los protocolos de seguridad, para que todos vivamos una fiesta en paz.
En este sentido, recordemos que Guadalupe Taddei, consejera presidenta del INE, ya entregó a los partidos el protocolo que establece que los candidatos serán custodiados por elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional o la Guardia Nacional.
Así, quienes se sientan bajo sospecha de riesgo no tienen más que levantar la mano para evitar descalabros. Insisto, no es un tema menor, y sin ganas de meternos en camisa de 11 varas, o de señalar los que los partidos han advertido, ahí están los datos del proceso 2017-2018.
A decir de la consultora Etellekt y su Indicador de Violencia Política de aquel proceso, los datos son escalofriantes.
“Del 8 de septiembre de 2017 y el 1 de julio de 2018, en las 32 entidades federativas y al menos en 440 municipios del país, se perpetraron 774 agresiones (conductas delictivas del fuero común), que dejaron un saldo de 152 asesinatos de actores políticos (funcionarios electos, dirigentes y militantes de partidos, precandidatos y candidatos)”.
“En lo que respecta a la cifra de homicidios dolosos, perdieron la vida en igual número de atentados, 28 precandidatos y 20 candidatos (48 aspirantes en total). De estos 48 aspirantes, siete eran mujeres y 41 hombres. Nuestro registro de información arrojó 278 intimidaciones y amenazas; 152 homicidios dolosos; 125 lesiones dolosas; 64 tentativas de homicidio; 59 atentados contra familiares; 38 asaltos; 31 secuestros, y 27 lesiones dolosas con arma de fuego”.
Fueron, a decir de la Organización de Estados Americanos, los datos que pueden configurar la idea de que fueron los más violentos en 100 años. Por eso, mortificados, pero responsables, deseamos que los candidatos se sostengan, se aguanten, se amarren, lo cual no es fácil, porque lo que está en juego es mucho más fuerte que simplemente una silla administrativa.
La seguridad en, fin no solamente es responsabilidad de los las autoridades, sino también de los candidatos, de los partidos políticos y de los ciudadanos que deben advertir cuando consideren que algo no está funcionando por los caudales de la ley.
Pero como en el México-Mágico, todo pasa sin que suceda y es a petición de los afectados…
Oremos.