Moreno, Delgado, Maduro y Cortés…
Sección Editorial
- Por: Luis Sampayo
- 05 Agosto 2024, 00:47
Con los términos ubicados en el título de esta columna, cualquier persona con una mente medianamente avispada, podría pensar que estos se concentran en algún perfil de esos que se publican en redes y aplicaciones especializadas en búsqueda de pareja. Más sin embargo, aunque “los atributos” que se mencionan suenan atractivos, la realidad es otra, pues ésta columna habla hoy de política y del poder de algunos, no tan atractivos políticos.
Y es que, a pesar de que ese sublime sentimiento que mueve el amor en las personas necesariamente interviene en el proceso de formación de la clase política, pues sin el “amor” de las masas, el “amor” del electorado o el “amor” del padrinazgo del político encumbrado, la realidad es que poca distancia se puede llegar a transitar para solventar una exitosa carrera política en cualquier nación.
Entre los principios básicos que sostienen como pilares el ejercicio de la política, “el amor” por servir a los demás desde una posición de poder para llevar beneficios equilibrados a la sociedad, supone es fundamental en el desarrollo individual de una carrera política.
Sin embargo, tal parece que ese “amor” por servir a los demás, se manifiesta normalmente de manera inicial para posteriormente transformarse en “ambición” afinando su puntería y recalibrando su objetivo directamente al poder y sus privilegios que son otorgados por las altas posiciones políticas.
Y en términos “grillísticos” de la política, “el teje y maneje” o “manoseo” de las posiciones de poder, es el pan nuestro de cada día y que luego de cada elección, renuevan la operación cual si fuera un tablero de ajedrez y en donde “los cerebros que la operan” continuamente cambian las reglas originales del juego para distorsionar el movimiento de las piezas a su antojo.
Y aquí es donde Moreno, Delgado, Maduro y Cortés dejan los “atractivos y cualidades” de sus propios significados como palabras, para convertirse en lo que son en el mundo de la política, “dictadorcillos” de sus propios entornos encumbrados en los privilegios que les da el poder.
Y es que hablar de los “atractivos y las cualidades” individuales de cada uno de estos líderes como políticos, francamente es letra muerta frente a la ambiciosa ambición, ¡Valga la rebusnancia!, Que cada uno de ellos tiene por el poder y esto viene siendo porque sencillamente sus pobres resultados en beneficio de los procesos democráticos libres, abiertos y transparentes, lo dicen todo.
Resultaría en vano enumerar sus respectivos casos y muchos más en otros espectros de la política, pues además de que hay una muy clara, abierta, evidente y grande oposición a la ampliación de sus respectivos cotos de poder, es sin duda el electorado, el piso, suelo y escalón que es pisoteado continuamente sin misericordia para la consecución de sus eternizados objetivos ambiciosos de poder.
Así pues estimado lector, en resumen ser moreno, delgado, maduro y cortés…hoy por hoy resulta mañosamente atractivo en los ámbitos ambiciosos del poder, pero poco o nada atractivo en los entornos honrados de servir a los demás por medio de la política, a menos que Usted estimado lector y lectora, le busque sus significados por otro lado de las redes y aplicaciones sociales especializadas para la conquista del amor y la búsqueda de una pareja.
Antes de despedirme estimado lector, quiero expresar mis más sinceras muestras de aprecio y cariño a la familia del periodista Obed Campos, quien el pasado sábado atendió el inequívoco llamado celestial.
A Obed le conocí desde que ambos hacíamos nuestros pininos en el oficio a inicios de la década de los ochentas en El Diario de Monterrey. Lleno de una gran alegría y entusiasmo que contagiaba, Obed siempre se distinguió por su profesionalismo, pasión y entrega a toda prueba.
La última ocasión que coincidimos, hace poco más de un mes y medio, quedamos ahora sí, de tomarnos un café, pero esto, ya será allá, en la otra vida mi querido amigo. Pido a Dios por su familia para que los abrigue con su amor y les de la fortaleza necesaria para aprender a vivir con esta gran pena. QEPD Obed Campos.
Por hoy es todo, medite lo que le platico Estimado lector, esperando que este nuevo amanecer se traduzca en un reflexivo día, por favor cuídese y ame a los suyos; me despido honrando la memoria de mi querido hermano Joel Sampayo Climaco, con sus hermosas palabras: “Tengan la bondad de ser felices”, nos leemos Dios mediante aquí el próximo lunes.
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