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Opinión

Amor por los clásicos

Distrito Cultura

Libros van, libros vienen, pero sin duda hay historias muy conocidas que siempre serán las favoritas de los lectores. 

Ahora que recién terminó la Feria Internacional del Libro Monterrey podríamos sentarnos a platicar de muchos temas relacionados con el evento: que si la asistencia, que si los invitados, que si las editoriales, la organización, los talleres, los que faltaron, y un muy largo etcétera.

Sin embargo hoy me voy a enfocar en un, llamémoslo ‘fenómeno’, que cada año se ve: el gusto por los clásicos.

Ya sabemos que a las ferias del libro siempre acuden esos stands en donde es posible encontrar un poco de todo, desde libros gigantes de pasta dura sobre arte o arquitectura, hasta pequeños cuadernillos con tips para cuidar nuestra salud.

Yo siempre los recorro de ‘pe a pa’ porque ahí, a lo largo de los años y las ferias, he encontrado verdaderas joyas y a muy buen precio. Buena parte de mi colección de textos sobre historia del arte son de ahí. Ahora bien, en esas zonas de las ferias (queridas por muchos y odiadas por otro tanto), también suelen encontrarse algunas torres de clásicos de la literatura.

Orgullo y prejuicio, Hamlet, Ana Karenina, La Divina Comedia, El conde de Montecristo, Drácula, Emma, Cumbres Borrascosas, Siddartha, Los tres Mosqueteros, Los Miserables y por supuesto Don Quijote de la Mancha son sólo algunos de los títulos que seguro se encuentran cada año y lo mejor, que seguro se venden cada año.

¿Por qué nos gustan los clásicos? Les voy a contar mi razón. Digamos que “colecciono” ejemplares de Orgullo y Prejuicio… por sus portadas. No tengo muchos, pero sí unos cuantos. Algunos son de bazares, otros de stands como los mencionados y uno en específico, lo saqué de la basura (es mi favorito). 

Pensé que era un caso extraño, pero el sábado en la FIL una chica andaba en las mismas que yo, pero con Ana Karenina. Al final vi que compró dos y sí, las portadas estaban muy lindas. Y bueno, yo también me compré uno de esos. ¿Leerá los dos? No sabemos; yo los he leído todos, la verdad no.

Otra razones por las que estos libros seguramente nunca pasan de moda es precisamente esa, son historias sin tiempo de caducidad. Muchas de ellas las conocimos en secundaria o preparatoria; algunas las leímos por gusto o para una tarea; y otras están llegando a las nuevas generaciones porque influencers de YouTube y TikTok  las recomiendan para iniciarse en el mundo lector. 

Otra razón puede ser algo que de lo que ya hablamos aquí: la película nos lleva al libro. Muchos de estos clásicos ya han sido adaptados a la pantalla de cine o televisión, y bueno, sabemos que lo que vemos es un resumen de las páginas, entonces ¿qué hacemos?, nos vamos al libro.

Sea cual sea la razón, estoy segura que muchos escritores de hoy desean esa trascendencia en el tiempo. ¿Qué deberían tener los libros actuales para volverse eternos? 

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