Realizar o ser espectador de actividades artísticas da múltiples beneficios a la salud emocional de las personas.
La salud mental es un tema del que se ha hablado mucho en tiempo reciente. De forma recurrente nos llega el mensaje de que todas las personas debemos trabajar en que esta parte de nosotros esté estable, pero para muchos resulta complicado saber cómo lograrlo.
Si bien ir a terapia con un especialista es la principal recomendación, la Organización Mundial de la Salud publicó en 2019 que consumir y crear arte es un beneficio para las emociones de las personas a cualquier edad porque éste estimula los sentidos y hace que haya más empatía con el entorno.
El informe de la OMS agrega que este beneficio es la razón por la que el arte se utiliza como parte del tratamiento de algunas enfermedades como el autismo, la depresión, la parálisis cerebral, entre otras del tipo autoinmune, etcétera.
El Centro de Artes en Medicina de la Universidad de Florida concluyó en otra publicación que existe mucha evidencia de que el arte mejora la salud mental de una persona cuando ésta lo integra a su rutina diaria. Como ejemplo señala el recordar la etapa de la niñez: Los infantes suelen pasar mucho tiempo coloreando, dibujando, escuchando música o cuentos, bailando, cantando, haciendo manualidades… y es cuando se tiene mayor nivel de felicidad y estabilidad mental.
Recordemos que en tiempos de pandemia, para muchos el arte (en cualquiera de sus manifestaciones) nos mantuvo cuerdas. Seguimos agradeciendo a todas las empresas culturales y artistas que hayan compartido su trabajo a través de las redes para hacer que llegar a más personas, aún y cuando no podíamos salir.
Cantar, bailar, tocar un instrumento, pintar, esculpir, escribir, leer, tomar fotografías o ir a un museo son ejemplos de las actividades que tienen una relación positiva con la salud mental, porque demostraron un efecto de bienestar en quien las práctica y quien las recibe, si se trata de una práctica social, como un concierto, por ejemplo.
Se dice que involucrar el arte en nuestras día a día, además, nos puede llegar a rejuvenecer, dar mayor vitalidad y hasta darnos un propósito de vida.
Todo esto puede ser el porqué están de moda los libros de colorear para adultos, muchos enfocados en los mandalas, o también los podcast que tratan sobre temas varios. Si bien, estos no se consideran arte propiamente, son una alternativa para poner en coche y escuchar mientras vamos en el tráfico.
En general, escuchar música –de cualquier género o tipo– es terapéutico y puede mejorar nuestro humor. Un aspecto que tampoco es una expresión artística, pero que los estudios sobre la cultura y la salud mental sí consideran, es el ejercicio.
Caminar, correr, ir al gimnasio, nadar o practicar cualquier actividad física también nos ayuda a estar bien con nosotros mismos.
Así que si necesitabas un pretexto para ir al museo, explorar galerías a través de Internet, colorear, ir a esas clases de piano que nunca tomaste… ya lo tienes. Rodearnos de arte es bueno para la salud.