El Senado de la República está próximo a elegir a quién dirigirá el rumbo de la Comisión Nacional de Derechos Humanos por los próximos seis años. La tentación por la reelección de Rosario Piedra Ibarra es grande, pero ¿cuáles han sido los avances con ella al frente de la CNDH? ¿Se ha acompañado a las víctimas durante su gestión o es tiempo de cambiar de titular?
Durante las comparecencias en el Senado de la República para elegir a quien será titular de la CNDH para el próximo período, llamó la atención uno de los comparecientes, quien con toda firmeza señaló durante su presentación las faltas y omisiones de la CNDH en los asuntos prioritarios para las víctimas. Exhibió la falta de interés de los integrantes de las comisiones unidas de justicia y de derechos humanos por no estar en las comparecencias y suplicó que ese ejercicio no fuera solo un circo para simular la elección de una persona para la que ya se tiene un(a) ganador(a) cercano al partido político mayoritario.
El candidato señaló que era la cuarta vez que se postulaba para ese cargo y dijo que, en las tres ocasiones anteriores, con fracciones mayoritarias de prácticamente todos los partidos, había vivido un circo porque las cartas estaban marcadas y solo se realizaba un ejercicio de simulación que nada tiene que ver con la defensa de los derechos humanos, porque a nadie parece importarle. Repasó la violación que está cometiendo el Poder Judicial a los derechos humanos de quienes buscan justicia, mientras se estuvo en paro por la reforma y, ante lo cual, la CNDH ha guardado silencio.
Expuso, con amplio conocimiento en la materia, casos de violaciones graves a los derechos humanos que han ido a parar a la Corte Interamericana y en los que no se ha hecho la reparación del daño por parte del Estado Mexicano. Habló de que, en caso de que fuera serio el proceso que está llevando a cabo el Senado y él resultara ganador, despediría a cerca del 50% del personal de la CNDH por no estar alineado a la defensa de las víctimas; si no, que responden a otros intereses o se trata de compromisos políticos con perfiles que poco ayudan a las víctimas en su defensa.
A nivel local, está próxima la elección de la presidencia de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, para lo cual el Congreso del Estado tendrá que decidir si se reelige la actual presidenta, la Dra. Olga Susana Méndez, o se elige a una nueva persona como titular. En cualquier caso, a nivel nacional y en lo local, esperamos como ciudadanos que la elección de la persona titular se haga con mucha cautela y se ponga como prioridad a las víctimas de derechos humanos que requieren una defensa férrea y contundente por parte de estos dos organismos. En ambos casos se deberán evaluar las acciones y el desempeño de las hoy titulares para ver si pueden reelegirse en el cargo y dejar de lado los compromisos políticos, componendas, pago de favores, venganza por recomendaciones incómodas, negociación de posiciones, entre otras muchas cosas que lo único que logran es alejar a las víctimas de la justicia y que condenan a las personas a ser atropelladas en sus derechos por autoridades o instituciones públicas.
El pueblo de México no merece circo en decisiones tan trascendentales para la gente. Los legisladores tendrán que ser muy responsables para tomar la mejor decisión con base en resultados, avances y perfiles de las personas postulantes, para avanzar en una materia fundamental para la protección de la dignidad humana.
Posdata: se requiere política para llegar a un entendimiento; se necesita palabra para lograr acuerdos. Si alguna de ellas falla, el caos reina y perdemos todos.