Nuevo éxodo del oro: escasez en Londres y acumulación histórica en Nueva York
Inteligencia Financiera Global
El mundo atestigua un flujo masivo de oro del Reino Unido hacia los Estados Unidos, lo que ha generado una escasez sin precedentes en Londres, el epicentro tradicional del comercio de metales preciosos.
Según reportes del Financial Times, la acumulación de oro en las bóvedas de Nueva York ha alcanzado niveles históricos, superando los $82,000 millones de dólares, mientras que los tiempos de espera para retirar oro de las bóvedas del Banco de Inglaterra se han extendido de unos pocos días a entre cuatro y ocho semanas.
Desde las elecciones presidenciales de Estados Unidos en noviembre de 2024, los traders (comerciantes) e instituciones financieras han trasladado aproximadamente 393 toneladas métricas de oro a las bóvedas del Comex (Commodity Exchange o Bolsa de Materias Primas) en Nueva York.
Este flujo ha elevado los inventarios del Comex en un 75%, alcanzando las 926 toneladas, el nivel más alto desde agosto de 2022. Sin embargo, estas cifras podrían ser conservadoras, ya que no incluyen los envíos adicionales a bóvedas privadas en Nueva York, propiedad de gigantes financieros como HSBC y JPMorgan.
Este movimiento extraordinario de oro físico se debe a dos factores principales: el temor a posibles aranceles sobre el oro impuestos por la administración Trump y una oportunidad de arbitraje entre los precios de los futuros en Nueva York y el mercado al contado de oro físico en Londres.
Michael Haigh, jefe de investigación de commodities (materias primas) en Société Générale, señaló que "existe la percepción de que Trump podría imponer aranceles generalizados sobre materias primas, incluido el oro, lo que ha generado una carrera entre los participantes del mercado para protegerse".
Aunque el presidente Trump no ha especificado si incluirá el oro en su política comercial, su retórica proteccionista ha sido suficiente para desencadenar una ola de precaución en el sector y un “rally” (alza) masivo en el precio internacional del metal precioso.
Además, la prima en los precios de los futuros de oro (oro “digital”) en Nueva York frente a los precios al contado de oro físico en Londres ha incentivado a los traders a trasladar el metal a través del Atlántico, aprovechando esta discrepancia en los mercados.
El papel de China
El apetito de los estadounidenses por el oro en mano propia sí que es algo novedoso que destacar. Y es que los chinos han sido los protagonistas de la demanda física mundial por lo menos desde 2009, mientras que los estadounidenses se han conformado durante décadas con la especulación en el oro “digital” en el mercado de futuros.
Datos aduaneros revelan que una parte significativa del oro físico sigue saliendo de Londres para dirigirse primero a Suiza, donde es refinado al estándar chino de pureza al 99.99%, para después ser embarcado a Hong Kong.
Según cifras de Goldman Sachs, China ha estado comprando cantidades masivas de oro en el mercado over-the-counter (OTC o mercado entre particulares) de Londres, superando en diez veces las cifras oficialmente reportadas. Este apetito insaciable por el oro por parte de Beijing también ha contribuido a la disminución de las reservas físicas en Londres.
Los bancos centrales se convirtieron en compradores netos de reservas de oro físico desde la Gran Recesión de 2009, y aceleraron su demanda tras la invasión rusa de Ucrania. Desde entonces, la demanda de oro por parte de los bancos centrales se ha quintuplicado.
China, en particular, ha liderado esta tendencia, acumulando reservas de oro a un ritmo sin precedentes, lo que ha llevado a algunos analistas a especular que Beijing podría estar preparándose para respaldar –al menos de forma parcial– su propia moneda, el yuan, en el metal precioso.
Precios del oro en máximos históricos
Al cierre de este artículo, el oro había rebasado por primera vez los $2,900 dólares la onza, un nuevo máximo histórico. No es para menos. Al igual que los chinos, ahora los estadounidenses también están buscando refugio sólido en el rey de los metales ante la incertidumbre comercial y geopolítica, así como el déficit y deuda públicos que siguen creciendo en los Estados Unidos.
En México, el oro también ha alcanzado un nuevo máximo histórico, que coloca al centenario, la moneda áurea más conocida, por primera vez en un precio por encima de los $75,000 pesos. Esto, a pesar de que, por el momento, el tipo de cambio se mantiene más o menos estable tras la suspensión de los aranceles anunciada por Donald Trump y Claudia Sheinbaum.
No obstante, el problema del déficit y la deuda pública también está presentes en México, lo que augura un futuro de estancamiento con inflación que seguirán mermando el valor del peso a largo plazo en un entorno de tasas de interés a la baja. Por desgracia, a pesar de que el país es uno de los principales productores mundiales de oro, la demanda de los inversionistas nacionales sigue siendo insignificante. Es momento de que eso cambie.