Los libros de texto gratuito, al menos aquí en Nuevo León, la verdad no tienen para cuándo. Los docentes nuevoleoneses de nueva cuenta harán lo conducente para sacar el barco educativo adelante; no es nada sorprendente.
Eso lo sabe perfectamente el gobierno. Y, como este fin de sexenio federal, seguirán las cosas educativas tal y como están, es decir; no hay cambios. Se continúa con el programa sintético, el analítico y las planeaciones del año pasado.
Ya Mario Delgado Carrillo, próximo primer jefe federal educativo dictará los posibles cambios que Claudia Sheinbaum le indique. Está por verse.
Por lo pronto, los compañeros maestros sacarán “a este buey de la barranca” al fin y al cabo AMLO les dio el incremento salarial “más impactante de todos los tiempos”; y muy pronto, dicen, se mejorará el sistema jubilatorio más benéfico de la historia educativa.
Eso lo juran los “teachers” AMLOVERS y los fieles creyentes de la 4T segundo piso. Estamos la ley de la materia en el seno de ambas Cámaras Federales para su materialización.
Ojalá y no sea atole con el dedo. Las aulas de Nuevo León están ansiosas de ver su transformación real y efectiva. Mismas que estén acordes con las necesidades de los educandos del siglo XXI.
Para ello es necesario hacer un frente común en materia presupuestaria federal y local. Y, al parecer, ello está muy lejano de darse debido a la nulidad de fuerzas políticas comprometidas por un cambio radical educativo.
No tienen esas intenciones, toda vez que hasta este instante, no existe un punto de encuentro político legislativo en esta materia. Los Diputados Locales por ejemplo, no dan una. Seguiremos teniendo una educación de tercer mundo.
El Congreso de la Unión está empeñado y urgido en la Reforma al Poder Judicial de la Federación. Capricho del todavía primer ministro mexicano: Andrés Manuel López Obrador.
¿Y en Educación? Nada significativo. En este sentido ahora la Cámara de Senadores tiene la alta responsabilidad de darle el voto de calidad a lo ya aprobado por la Cámara de Origen.
Veremos muy pronto el resultado. La aplanadora MORENA en todo su esplendor. Qué ironía; lo que AMLO tanto repudió y odió en otrora tiempo. Retornando al punto original de cuenta los directores de las escuelas oficiales del país y en lo particular de Nuevo León están haciendo “malabares administrativos” para ofrecer un digno regreso a clases.
Esto es con el escasísimo presupuesto con el que cuentan y que, precisamente, proviene de las aportaciones voluntarias de los padres de familia. Sin embargo, cuando pretenden hacer una mejora material al edificio escolar se “topan en macizo” con las autoridades educativas para que les autoricen las obras materiales requeridas.
Si; ellos aprueban (ilegalmente por cierto) un presupuesto que no sale de las arcas estatales y/o federales según sea. Es el colmo de los colmos. Pronto habrá que abrogar o derogar lo escrito en Reglamentos obsoletos y carentes de objetividad.
Harta chamba le espera a Guadalupe (Lupita) Rodríguez de Anaya, quien es la única diputada de la actual legislatura local en el Congreso del Estado que es maestra normalista. No dudamos ni tantito que ocupará la presidencia de la Comisión de Educación del Congreso Local.
Ella sabe de las necesidades de las escuelas de Nuevo León. La verdad como es tenía que decirse y se dijo. Hasta la próxima.