Opinión

Loquitos y loquitas 

Sección Editorial

  • Por: Adalberto Madero
  • 28 Agosto 2024, 19:33

Así calificó el que despacha en Palacio de Cantera a las personas que hace un año se manifestaron en contra del proyecto Viaducto elevado de cuota que se construirá como un segundo piso, sobre la avenida Ignacio Morones Prieto, a un costado del talud del río Santa Catarina para conectar la carretera a Saltillo hasta el aeropuerto con 17 kilómetros de extensión, veámoslo a continuación.

Durante el gobierno del Dr. Ignacio Morones Prieto (1949-1952) se canalizó el río Santa Catarina rescatando terrenos del cauce, sirvieron entre otras cosas para construir las dos vialidades de oriente a poniente, constituyéndose en los ejes de movilidad más importante del área metropolitana; pasando los años, el cabildo de Monterrey en 1965 aprobó el cambio de nombre de la avenida Independencia a la avenida Dr. Ignacio Morones Prieto.

En 1986 se amplió hasta San Pedro Garza García, así lo expresó el alcalde Alejandro H. Chapa Salazar (1986-1988) en su primer informe de gobierno, del 16 de diciembre: “dentro de la difícil situación económica la administración ha procurado hacer rendir al máximo los recursos disponibles y que con la valiosa cooperación y consejo del C. gobernador Lic. Jorge A. Treviño, se lograron realizar una serie de obras de gran interés para la comunidad, como la ampliación y remodelación de la avenida Morones Prieto, desde los límites con Monterrey al oriente, hasta la avenida Humberto Lobo al poniente. Esta obra de tres carriles por lado y en un tramo de cuatro tuvo un costo de $168,000,000, incluyendo cuatro pasos pluviales… A la fecha esta vía une tres municipios Guadalupe, Monterrey y San Pedro Garza García y que ya se está trabajando en la continuación de esta avenida de la calle Corregidora hasta los límites con Santa Catarina”.

En el 2003 se amplió considerablemente en el tramo de Guadalupe, durante la administración del Sr. Pedro Garza Treviño (2000-2003), se construyeron 4.2 km de la avenida Azteca a López Mateos, de tres a cuatro carriles por sentido más camellones, con un costo de $110 millones de pesos aportados por la administración estatal, era de doble sentido hasta los sucesos del huracán Alex en el 2010, quedando de un solo sentido.

El pasado 12 de octubre, en la Facultad de Economía de la UANL, el gobierno anunció el proyecto de un doble piso en la avenida referida, consiste básicamente en la construcción de dos carriles “adicionales” por sentido, según el comunicado del 20 de octubre pasado “… es un proyecto que va a dar un gran beneficio social”, porque además se incluirá una ciclovía de 117 kilómetros (sic) y un parque lineal con 13,500 árboles de la región, en una franja de al menos 14 metros de ancho que estaría a un costado del río Santa Catarina y bajo el segundo piso.

Analicemos cada uno de estos puntos:

1. Viaducto elevado: para construirlo van a quitar dos carriles gratuitos para hacer dos de peaje por sentido, los automovilistas una vez terminada la obra sólo van a contar con un carril adicional, este estará costando $10,000 millones de pesos cada uno.

2. 13,500 nuevos árboles: en el sexenio de Jorge Treviño Martínez (1985-1991) se sembraron miles de árboles en el río Santa Catarina, ¿qué sucedió? Al primer huracán fueron arrancados, provocando severos daños, más aún, este gobierno sembró ciento de árboles debajo de las columnas del Metro, hoy están en el abandono. ¿Harán lo mismo con esto? ¿Los árboles deben estar bajo la sombra? ¿Será prudente plantar tantos árboles en tan corta distancia?

3. ¿117 km de ciclovía? Esa longitud es la distancia a la presa El Cuchillo, ¿cómo va a adaptarse en un diámetro de 17 kilómetros? Por otra parte, en el pasado reciente se construyó una ¿qué sucedió? Se la llevó el primer huracán, peor todavía, con los calores de un sol que quema, ¿quién usará esta obra? ¡Nadie!; como muestra están las ciclovías de San Pedro y Monterrey, auténticos elefantes blancos que solamente reducen los carriles.

Un gobierno humanista estaría consciente de que el lecho del río Santa Catarina es históricamente indomable, por lo cual se debe respetar porque la naturaleza tarde o temprano se cobra y destruye, lo que obstaculiza su libre flujo.

En conclusión, es un proyecto con una finalidad económica, para sustentarlo van a colapsar aún más la vialidad libre, obligando a los automovilistas a usarla para asegurar el negocio, mientras que las bondades sociales que prometieron no resistirán al próximo huracán, amén de que antes fenezcan por el deficiente mantenimiento que se les va a proporcionar.

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