Con el inicio del segundo semestre de 2024 en el que otra vez imperará la agenda política ante las elecciones en Estados Unidos, es momento de echar una mirada al desempeño que tuvieron los activos financieros en la primera mitad del año.
Resulta interesante ver cuáles fueron los ganadores y perdedores, sobre todo, porque el que superó a todos lo hizo muy discretamente: la plata. Así fue.
Sin acaparar los titulares de los medios especializados, la reina de los metales preciosos tuvo un mucho mejor desempeño que otros instrumentos como los índices bursátiles de Estados Unidos, Nasdaq y S&P500, que el petróleo e incluso que el oro.
El equipo de investigación temática del mayor banco alemán, el Deutsche Bank, en su análisis mensual de resultados destaca el desempeño de los metales preciosos, liderados por la plata. En el gráfico inferior puede comparar las ganancias de cada activo en el primero, segundo trimestre y en el mes de junio.
La plata ha disfrutado de un sólido desempeño de enero a junio, con una rentabilidad del 22.5% en dólares.
El petróleo West Texas Intermediate (WTI) se encargó de colocar a las materias primas duras en el cuarto sitio de la muestra, con un rendimiento del 13.8 por ciento.
Los buenos resultados del Nasdaq, índice bursátil de acciones tecnológicas, con el 18.6 por ciento de rentabilidad total, y del referencial índice S&P 500, con el 15.3 por ciento, fueron impulsados por un avance del 37 por ciento de las “big tech” (tecnológicas) más importantes del mercado, también llamadas las “siete magníficas” (Mag-7): Apple, Microsoft, Alphabet, Meta (Facebook), Amazon, Tesla y el gigante de los microprocesadores Nvidia, que alcanzó por sí sola un sorprendente rendimiento del 149.5 por ciento.
En tanto, los activos franceses se desplomaron en el segundo trimestre tras el anuncio de elecciones anticipadas por parte del presidente Emmanuel Macron. Así, el índice bursátil CAC 40 cayó el 1 por ciento en los primeros seis meses del año, mientras que los bonos de deuda franceses OAT observaron el peor desempeño de la muestra, con un -6.8 por ciento en términos de dólares.
Otros bonos soberanos europeos que perdieron terreno fueron los Bunds alemanes, con el -5 por ciento, y los BTP italianos, con un -4 por ciento.
El yen japonés fue la moneda del Grupo de los Diez (G-10) con peor desempeño durante la primera mitad del año. En el segundo trimestre se debilitó un -5.9 por ciento a 161 unidades por dólar.
¿Señal de recesión?
Las materias primas agrícolas, que dan luz sobre la inflación global y el crecimiento económico, siguen retrocediendo. En abril-junio, el maíz (-10.1 por ciento) bajó por sexto trimestre consecutivo, al igual que la soya (-3.4) y el trigo (-1.2).
La plata seguirá brillando
A diferencia del oro, la plata es un metal con un alto componente de demanda para uso y consumo industrial. Aunque este factor podría afectar su demanda en caso de una recesión estadounidense o global, lo cierto es que su carácter de metal monetario y refugio de valor prevalecerá.
Debido a ello, la plata posee todavía un enorme potencial de ganancias a futuro, toda vez que la Fed (banco central de Estados Unidos) – cuando llegue la recesión-, habrá de volver a bajar los tipos de interés y a “imprimir” dinero para levantar la economía.
Nada beneficia más a la demanda de metales preciosos como inversión que esa creación monetaria sin fin. Si a eso sumamos que la plata está todavía 40 por ciento por debajo de sus niveles de precio máximos históricos, nos damos cuenta de que el mercado alcista para la reina de los metales apenas comienza.