“Todos tenemos amistades o familiares que en el fondo bloquean nuestro crecimiento personal”.
Muchos dicen que los amigos son la familia que uno escoge, pero no siempre hacemos una buena elección.
He conocido a personas que al enterarse de que voy a materializar un proyecto, se comportan como si tuviera un problema o una enfermedad.
Son personas que de alguna manera, nuestra mejoría y autorrealización los amenaza, sobre todo si no se atreven a buscar su propio camino. Les llamo los amigos bloqueados que son aquellos que prefieren juzgar a otros más que autoanalizarse y sentirse vulnerables.
Prefieren morir todos juntos en vida, que salvar su verdadera identidad sensible. El martirio de estar bloqueados conlleva un placer perverso compartido. No esperes que tus amigos bloqueados aplaudan o reconozcan tu nueva búsqueda. Es como los amigos alcohólicos a quienes les desagradaría tu sobriedad, tu mejoría.
También existen los amigos a los que les gusta el drama. Por lo general, estas amistades son carismáticas, gustan de ser el centro de atención y son expertos en hablar durante horas acerca de sus problemas, sin buscar ninguna solución.
Suelen ser líderes de grupo, hembras o machos Alfa. Son inteligentes, brillantes, y sus seguidores viven como si formaran parte de una familia disfuncional donde el patriarca o la matriarca fuera un alcohólico genial. Solicitan una lealtad y atención totales y tú pasas a ser uno más de sus servidores.
A los amigos dramáticos no les importa tu realidad. La invalidan por completo. Si pueden, se gastan todo tu tiempo, tu energía y hasta tu dinero. Además, son muy hábiles en triangular las relaciones; es decir, en poner a sus seguidores en contra para distraer cualquier iniciativa que no provenga exclusivamente de él o ella.
¿Conoces a alguien así? Seguramente. La próxima vez que te veas ante un amigo dramático reflexiona y cuestiónate:“¿Qué proyecto creativo mío estoy bloqueando al involucrarme con un ser de este tipo?”
La creatividad florece cuando tenemos un sentido de seguridad y autoaceptación. Nuestro ser inspirado, como un niño chiquito, está feliz cuando se siente seguro.
Así que como padres protectores de nuestro ser creativo, tenemos que aprender a seleccionar las compañías seguras con las que lo dejaremos relacionarse. Posiblemente de niños no pudimos tener ese autocuidado, pero ahora de adultos podemos lograrlo.
Las personas tóxicas pueden obstruir nuestro crecimiento artístico, profesional, laboral o amoroso, son personas que tienen la creatividad bloqueada y la recuperación de la nuestra, les amenaza.
La única manera en la que podemos recuperar nuestra inspiración, es alimentando a nuestro niño interior, al hacer esto, logramos una conexión con el universo creador. A través de esta conexión, nuestra creatividad se desenvolverá.
Los caminos van a aparecer para nosotros y se abrirán ventanas de oportunidad, pero tenemos que confiar en el universo y transitar con fe.