Opinión

La venada

Sección Editorial

  • Por: Javier Gutiérrez
  • 30 Abril 2024, 00:51

Es increíble como la mente cambia al cerebro para que el cerebro cambie la mente, eso se llama: neuroplasticidad.

El cerebro humano es el órgano más complejo de todos los que existen y es increíble su gran cantidad de actividades que realiza. Un proceso evolutivo de millones de años ha dado como resultado un procesador ultra poderoso.

Y tal vez algo de lo más sorprendente de las capacidades que tiene el cerebro es el de re moldearse en poco tiempo cuando vamos introduciendo nueva información o experiencias.

Desgraciadamente el cerebro puede moldearse no solo para bien sino también para mal, esto es, se pueden generar reconexiones neuronales que nos llevan al sufrimiento, a conductas no sanas y se arraigan tanto que es difícil, si no se tiene paciencia y perseverancia, modificarlas.

Y al escribir este documento me vino a la mente una anécdota que me sucedió con un amigo enfermero en el municipio de Dr. Arroyo Nuevo León, recuerdo muy claramente cuando el enfermero me invitó a comer a su casa, una vez que terminamos me invito a su patio, que era muy grande y donde había vegetación espesa que no permitía ver a través de ella.

Nos sentamos cómodamente en una mecedora cada quien, y entonces él sacó del bolso de su camisa, una cajetilla de cigarros y me ofreció uno, ante mi negativa, sonrió y me dijo, palabras más palabras menos:

- No importa hay una amiga que siempre me acompaña a fumar.

Su comentario me extrañó puesto que estábamos solos él y yo en aquel gran patio y en eso encendió su cigarrillo y después de tres o cuatro bocanadas de humo expulsadas, se comenzaron a mover algunos arbustos del patio y salió de entre las hierbas una graciosa venadita cola blanca, el enfermero sonrió y me dijo: - es ella.

Entonces la venadita con mucha timidez se fue acercando a nosotros hasta que quedo a unos cuantos centímetros de mi anfitrión y entonces él exhalo el humo dirigiéndolo hacia ella y ella comenzó a lamer repetidamente ¡el humo que se desvanecía ante ella! Y se quedaba ahí parada al lado de nosotros mientras Desiderio, el enfermero, seguía fumando y la venadita junto con él. 

Una vez terminado el cigarro, ella se alejó y se perdió entre los arbustos.

Y así como esta venadita había aprendido un mal y dañino hábito, así los seres humanos podemos aprender poderosas herramientas para que nuestro cerebro se remoldee y pueda permitirnos vivir con menos miedo, menos angustia, menos ansiedad, menos estrés, menos ira y más paciencia, plenitud, compasión, generosidad y en definitiva genuinamente felices.

Recuerda la mente moldea el cerebro para que después el cerebro moldee la mente.

Hasta el siguiente momento presente.

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