Presente y Futuro
La semana pasada, a propósito de la discusión pública sobre la reforma al Poder Judicial, me expresaron una frase que me dejó pensando y que hoy quiero compartir con mis lectores de El Horizonte, aquí en Nuevo León: “Algunos no han entendido que México ya cambió”.
Precisamente sobre el caso, nuestra presidenta, Claudia Sheinbaum Pardo, expresó ayer, durante la mañanera, que ocho ministros no pueden estar por encima del pueblo de México, ni de la voluntad de la mayoría, que en México y en Nuevo León, ya cambió.
La presidenta fue muy firme al decir que la reforma ya es una realidad, que ya es parte de la Constitución, y que un grupo de ministros se está extralimitando en sus funciones, aunque, afortunadamente, hoy ya tenemos una población informada.
México ya cambió, y Nuevo León está comenzando a hacerlo, como lo demuestran los más de un millón de votos para nuestra presidenta.
Aunque unos cuantos no están entendiendo esta transformación, siguen utilizando los cargos públicos para su beneficio personal, siguen discutiendo y extrapolando sus intereses políticos y económicos sin tomar en cuenta al pueblo, y creen que se gobierna a base de chantajes y componendas.
Es un México nuevo, es un régimen nuevo, una transformación que ha sido la evolución de conciencias que inició el expresidente Andrés Manuel López Obrador y que fue refrendada para darle continuidad con la primera mujer presidenta.
Es lo que nuestro país necesitaba y lo que el pueblo ha decidido para su gobierno, después de décadas de un modelo que no funcionó y que comenzaba a asfixiar la parte social de México, que ha costado trabajo erradicar por completo y que nuestra presidenta, sin duda, llevará a una mejor forma de desarrollo.
Debemos entender que México ya cambió y que no se puede utilizar el “viejo librito” que se usaba en la política que la gente ya no quiere, en el que, a través de la descalificación y la amenaza, se lograban establecer negociaciones para beneficio de algunos cuantos que ya le tenían tomada la medida al sistema.
Hoy las cosas se hacen de manera diferente, teniendo al pueblo como centro de nuestras decisiones, evitando la corrupción y construyendo una nueva forma de hacer política y gobierno para el beneficio de todos y no de unos cuantos.