La Sección 50 del SNTE está viviendo la peor crisis de su historia

En efecto, la emblemática Sección 50 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) está viviendo, hoy por hoy, la peor crisis de su historia. 

El autor de estas líneas recuerda con mucho orgullo y satisfacción a pesar de los sube y baja políticos, los períodos sindicales bajo el mando de Ernesto Tijerina Cantú, fundador de la Clínica-Hospital; Yolanda Martínez Mendoza, exmaestra de la secundaria número 4 de San Nicolás de los Garza, Nuevo León “Juan Aldama” (primera mujer en dirigir a esta sección sindical de maestros estatales); Mirna Isabel Saldívar Paz, creadora de la clínica de la mujer; Juan Pablo Reyes Fernández; Ricardo Salinas Cantú; Alfonso González Ruiz; José Ángel Alvarado Hernández; Guadalupe Castillo García; y… ¡Párale de contar!

En materia política sindical, esta sección también está en crisis, muy a pesar de que su actual dirigente, Juan José Gutiérrez Reynosa, se esfuerce en querer demostrar, con “números alegres”, los avances que se han tenido en lo que va de su gestión. Tal fue el caso el pasado sábado, cuando citó a su estructura sindical a “un almuerzo-junta”. Fue un monólogo bien diseñado por sus superiores para evitar los cuestionamientos que van en aumento. 

Expresó, entre otras cosas, que en este período se retomarán algunas conquistas sindicales que ya se habían ganado en tiempo atrás, como, por ejemplo, “las dobles plazas”, auxiliarías y la modificación de la muy hiriente “compatibilidad”. Lo que trasciende de su mandato son estos aspectos y el muy criticado sistema de salud del magisterio estatal, que son objeto de discusiones en escuelas, cafés, restaurantes y círculos de estudio.

¿Cómo es posible que quisiera “venderles” a sus secretarios generales y representantes de centros de trabajo delegacionales la idea de que tenemos un Servicio Médico de tercer nivel cuando las anomalías, plenamente visibles, son, entre otras: desde el mes de septiembre de 2024, los proveedores que surten material de hospital y medicamentos no han recibido sus pagos en tiempo y forma? Incluso, en lo que va del año 2025, es el mismo malestar; razón suficiente para que NO HAYA SUFICIENTE MEDICAMENTO, NI DE CUADRO BÁSICO NI CONTROLADO. En la clínica-hospital no tienen ni suero para administrar a los pacientes internados.

Asimismo, la suspensión de cirugías es toda una constante; existen testimonios de maestros que, ya estando en el quirófano, se les “suspende su operación por causas de fuerza mayor”; es decir, por falta de material suficiente y adecuado. 

Lo alarmante, a pesar de sus informes valientes y temerarios, es que tiene un pasivo de más de $200 millones de pesos. Sí, más de $200 millones de pesos de pasivo, aunque la ministración mensual que hace el ISSSTELEÓN es de $90 millones. No hay que olvidar que el comité anterior le entregó como activo alrededor de $190 millones. Si viviera el maestro Ernesto Tijerina, ya le hubiese dado “el patatús” viendo lo que pasa “en su bella creación”. Su sueño de crear el mejor servicio médico de país, administrado por el SNTE mismo, SE HA IDO ESFUMANDO POCO A POCO. Estamos muy lejos de lo que hoy es el SUSPE en materia de salud.

¿Cómo es posible también que traiga una camioneta blindada y “con guaruras” a su servicio, muy al estilo del contenido de la película El Padrino? ¿Con dinero del sindicato? No son exageraciones, todo su comité ejecutivo la sabe. Lo triste es que nadie se atreve a increparlo; a todas luces, se nota el temor que le tienen.

Lo que se esperaba que fuera una junta de carácter informativa, real, sensata y responsable, la reunión del sábado pasado se tornó en una reunión superejecutiva y de autoalabanza. En dicho recinto, solo un tercio, más o menos, le aplaudió. Trasciende el descontento a todas luces. Cerramos esta primera parte diciendo que ha habido, además, falta de pago al Hospital Universitario en lo referente a radioterapias y quimioterapias. Producto de ello, pretende hacer un contrato sustituyendo al Universitario por el OCA Hospital. ¿Le darán crédito? La verdad como es, se tenía que decir y se dijo. Hasta la próxima.