Ciertamente, como dice el dicho: “En la mayoría de las veces, perdiendo se gana”. En las pasadas elecciones del 2 de junio, un puñado de maestros, activos casi todos, participaron en la contienda electoral jugando a la política para ocupar un escaño en el congreso local o federal.
Esos mentores tenían hartas ilusiones de servir a nuestra comunidad nuevoleonesa para representar dignamente a los habitantes de su distrito local y federal, respectivamente; incluyendo al sector magisterial de Nuevo León que está muy olvidado por cierto. ¿Olvidado? Así es, en efecto; hace ya varios años que no se conquista ninguna prerrogativa sindical nueva.
Al contrario, se están perdiendo algunas ya logradas años atrás.La maestra Betty Barrón, Ignacio “Nacho” Orozco, Lesly Prado, Mario Escobar y otros pocos más tenían en sus programas de acción una gran cantidad de propuestas legislativas a favor de las familias nuevoleonesas entre las que sobresalen: becas para los estudiantes del nivel básico, para el medio superior y superior; tarjetas gratuitas para el transporte público; abrir centros de educación permanente donde se brindarían asesorías de todo tipo sin costo alguno; materiales educativos como mochilas, libretas y demás artículos a precios módicos; asegurar espacios en las preparatorias de la UANL de manera irrestricta; promover suficientes recursos económicos para Nuevo León para la transformación total y absoluta de las escuelas de nuestro Estado.
Como es ya sabido por todos, estos personajes de alta experiencia laboral docente, en esta ocasión, se quedaron con las ganas de servir a la comunidad regia. Sin embargo, perdiendo ganaron. Pero, ¿qué ganaron? Ganaron experiencia en materia electoral.
Comprendieron que para ganar un distrito determinado habrá, primero que nada, hacer un análisis pormenorizado de cada sección electoral y, desde tiempo atrás, trabajarlo en atención y servicio continuo. En pocas palabras, estar cerca de la gente siempre.Constataron, desgraciadamente, que la teoría “del mejor postor” está viva en pleno siglo XXI: el que ofrece más, obtiene más. Confirmaron la “Teoría de la selección natural y el origen de las especies" expuesta por Charles Darwin, hace 160 años atrás.
En dicha teoría Darwin sobresale la adaptación natural de las especies mediante modificaciones genéticas; mismas que serán fundamentales para la supervivencia y que, además, se heredan. En conclusión, esta teoría se ha expresado así: “El pez grande se come al chico”.La fortaleza que adquirieron se ha traducido en fertilizante para sus conductas posteriores a las elecciones del 2 de junio pasado. La madurez en sus actuaciones en estos últimos días, es clara manifestación de su crecimiento cognitivo y experimental.
Sus potencializadores ya los tienen en la mira para ocupar puestos administrativos en sus respectivos espacios de poder para que puedan poner a la disposición de sus semejantes los servicios que la ley les confiera. Todo es cuestión de seguir sus huellas para corroborar este dicho. Poco a poco se irán acomodando las fichas del dominó provocado por “el karma” natural en franca reciprocidad afectiva y energética, en donde quedará de manifiesto que “por sus obras los conoceréis”. No olvidemos que son maestros y están “hechos a mano”.
La currícula pedagógica la llevan en la sangre. Juan Amos Comenio, Georg Kerschensteiner Pestalozzi, etc; muy seguro que están muy orgullosos de ellos.En el 2027, si El Creador lo permite, los veremos (a ellos y otros docentes más) en acción política electoral. Bien por el magisterio de Nuevo León, donde perdiendo se gana. ¿O no?