Tres sucesos relevantes en la relación bilateral de EUA y China se han presentado solamente durante el mes de junio.
Primer suceso. A principios de mes dos buques militares estuvieron en riesgo de colisión en el mar localizado entre China y Taiwán, debido a un movimiento hostil del buque chino frente al de EUA.
Segundo suceso. Días después, medios de comunicación estadounidenses publicaron que China estaba construyendo en Cuba una estación secreta para espionaje de comunicaciones, dada la cercanía con instalaciones militares en Florida y el sureste de EUA. Las autoridades estadounidenses después especificaron que dicha estación ya existía y se le han realizado mejoras desde 2019.
Desde otra perspectiva, vale la pena añadir que EUA mantiene una cercana relación con Taiwán, que incluye la venta de armamento, y algunos medios refieren incluso la presencia de tropas. Además, EUA realiza ya recorridos, monitoreo, y ejercicios aéreos y marítimos de rutina en la región cercana a China.
Tercer suceso. Posterior al globo aerostático chino sobrevolando en territorio estadounidense en febrero, el secretario de Estado de EUA, Antony Blinken, canceló ese mes su visita programada a China, la cual acaba de realizar a principios de esta semana, para procurar establecer el diálogo diplomático de los diversos temas de controversia.
Algunos analistas consideran que la relación bilateral se encuentra en el peor de sus momentos.
Mi análisis y prospectiva: La visita del secretario de Estado de EUA a China es una señal positiva, ya que manifiesta la disposición de ambas potencias por buscar y mantener cercanía para el debate y resolución de diferencias. Demuestra también una relativa comprensión y aceptación sobre sus acciones ofensivas.
EUA mantiene su posición de primera potencia global, mientras China es una potencia en ascenso y con mayores aspiraciones. Por ende, ambas naciones han incrementado su defensa, sus esfuerzos de inteligencia y espionaje, y todo indica que seguirán presentándose nuevas polémicas, por lo que resulta inconveniente continuar cancelando sus reuniones bilaterales cada vez que se suscita una controversia.
Tanto el suceso entre buques de guerra, como la presencia de China en Cuba, son señales indirectas y nuevas herramientas de negociación, para redefinir los límites de acciones y presencia en sus respectivas regiones. Por ello, no debiera sorprender si China posteriormente procura incrementar su presencia en Cuba o en aguas internacionales cercanas a EUA, de manera similar como lo hace EUA en Taiwán y la región Indo-Pacífico. Es decir, China busca una igualdad de circunstancias de posicionamiento en la región periférica a EUA, para poder aplicar represalias equiparables a las futuras acciones de EUA en la región cercana a China.
De momento, nada impide a China incrementar su relacionamiento y presencia en Cuba u otros países de Latinoamérica. Ya cuenta con una significativa presencia comercial, y no hay que descartar que podría evolucionar incluso a algún tipo de presencia militar. Para EUA implica una alerta temprana, y un escenario que procurará impedir a toda costa.